Friusa: Entre Patriotismo, Represión, Militarización y Vocería Policial.

Editorial / Noticias Dominicanas.
El 30 de marzo de 2025, Friusa se convirtió en el epicentro de tensiones sociales en República Dominicana. Una protesta, convocada por la Antigua Orden Dominicana, denunció la inmigración haitiana, pero derivó en enfrentamientos con las fuerzas del orden. Este hecho desató un debate sobre el manejo de la protesta social, la transparencia en el gasto público y el papel de las instituciones.
La manifestación, que buscaba expresar el descontento por la presencia de inmigrantes haitianos indocumentados, se tornó violenta cuando la policía y el ejército intervinieron con gases lacrimógenos y agua a presión. El vocero policial, Diego Pesqueira, justificó la acción alegando falta de permisos y desviación de la ruta acordada. Sin embargo, testigos y organizadores denunciaron uso desproporcionado de la fuerza y acusaron a la policía de reprimir una protesta pacífica violentando la constitución.
Las acusaciones de infiltrados que buscaban desestabilizar la marcha generaron controversia. Organizadores señalaron a figuras mediáticas como Santiago Matías («Alofoke») de provocar el caos. La policía también informó sobre manifestantes encapuchados que intentaron romper el orden. Estas acusaciones sugieren una posible estrategia para desviar la responsabilidad y desacreditar el mensaje de los manifestantes.
La reciente adquisición de vehículos militares visto en la protesta, incluyendo equipos antimotines, plantea interrogantes, porque puede ser la nueva táctica para reprimir no solo este movimiento, sino el movimiento ambiental y social que ha sido el más activo en los últimos años, La falta de transparencia en estas compras, realizadas mediante decretos de «compras especiales», aumenta la preocupación sobre la rendición de cuentas y el destino de los fondos públicos.
La autodestrucción de la vocería legitimada de Pesqueira.
Las declaraciones de Diego Pesqueira, defendiendo la actuación policial, contrastan con los testimonios de manifestantes y opositores, erosionando la confianza pública en la policía. La oposición, liderada por Leonel Fernández y Abel Martínez, criticó la respuesta de las autoridades, calificándola de desproporcionada.
El vocero de la policía poco a poco se va inhabilitado como un actor en que la población cree, por las declaraciones de Pesqueira durante la protesta y las denuncias realizada por Somos Pueblo, así como otra realizadas durante las movilizaciones contra la empresa Barrick Gold sugiere que la preocupación por tácticas similares es motivo de preocupación porque el gobierno desacreditar el movimiento social. Es común intentar etiquetar a los manifestantes como manipulados o violentos, y usar los medios para difundir narrativas negativas.
Los eventos de Friusa exigen una reflexión sobre el derecho a la protesta y el uso del poder estatal. La transparencia en el gasto militar y la rendición de cuentas son cruciales. La ciudadanía debe mantenerse informada y exigir claridad a sus gobernantes para proteger las libertades democráticas.
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