A DIEZ AÑOS DE LA PARTIDA FÍSICA DE HUGO CHÁVEZ FRÍA, SIGUE VIVA LA ESPADA DE BOLÍVAR POR AMÉRICA LATINA
En estos momentos históricos en que la situación geopolítica internacional continua tornándose convulsa, como consecuencia de los importantes acontecimientos que tienen lugar en el planeta, y que un protagonista apareció en la puerta de la combativa Venezuela, acontecimientos que pudiéramos inscribir, en diversas líneas generales, en la sempiterna batalla que libran los Pueblos del mundo, en defensa de su dignidad, soberanía e independencia, y en el anhelo impostergable de las exclusiones de siempre, en intetar obstaculizar alcanzar el anhelo de la justicia social, como elemento principal de emancipación, del derecho a existir, de cada trabajador.
Se trata, de una confrontación de grandes dimensiones entre quienes pretenden mantener y subyugarnos por restablecer a toda costa, y de manera desesperada, su poder hegemónico, manipulación y destrucción de quienes están comprometidos con la construcción de una humanidad diferente, más solidaria y más justa, un cometido que no sólo es posible sino sumamente necesario.
En medio de esta tentativa, cobra cada vez mayor relevancia la consolidación del mundo multicéntrico y pluripolar que tan acertadamente prefigurara el Comandante Hugo Chávez.
Un cometido que, como éste lo planteara en el IV Objetivo Histórico del Plan de la Patria, permitirá lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria.
El líder histórico de la Revolución Bolivariana, fue un incansable promotor de esta idea, en función de lo cual impulsó la unidad de los Pueblos de Nuestra América Latina y el Caribe, más allá, del Sur Global, al tiempo que, estableció importantes alianzas con otros polos de poder alternativo mundial y reivindicó la lucha que debían seguir librando por la plena y definitiva liberación, de la América latina de los pueblos explotados.
Está lucha a la que convocó a todas las organizaciones políticas, sociales y de la clase obrera, que por razones históricas, culturales y de autodeterminación estaban llamadas a terminar, de una vez por todas, con la pretendida supremacía del imperialismo norteamericano, que se ha procurado imponer con particular saña en la región.
Está América Latina y el Caribe que ha sido testigo de excepción de la ferocidad imperial, expresada en la planificación y ejecución de golpes de Estado de distinto signo y, más allá, de permanentes procesos de desestabilización en contra de aquellos gobiernos que no responden a sus intereses y/o no obedecen sus designios, así como en la instrumentación de agresivas sanciones como armas de guerra económica, la pretensión de aislar a estos gobiernos desde el punto de vista político económico y diplomático y el desarrollo de feroces campañas de desinformación y manipulación mediática.
Todas ellas con la complicidad de las oligarquías lacayas del continente, en pro del debilitamiento de las instancias regionales de integración conformadas en décadas recientes e inspiradas en los principios de autodeterminación, soberanía, comercio justo, complementariedad y justicia social; y el desarrollo de una estrategia orientada a tratar de revertir en nuestros países las políticas de redistribución del ingreso nacional, reducción de la pobreza e inclusión social, a fin de procurar acabar con los gobiernos de tintes progresistas nacidos del voto popular.
A pesar de esta feroz arremetida imperial, los Pueblos de Nuestra América siguen albergando hoy la esperanza de una integración profunda; manifestando, al mismo tiempo, su firme determinación de permanecer movilizados en rechazo a la imposición de recetas de corte neoliberal y en la búsqueda de mejoras en su calidad de vida.
Sin duda, tal y como lo expresara el líder bolivariano en el año 2009, la América latinocaribeña está en Revolución permanente, “es una Revolución que trasciende lo ideológico, es geográfica, geopolítica, es una Revolución de los tiempos, una Revolución moral, es una Revolución necesaria.
Es grande por el tiempo que carga por dentro, es grande por el espacio que abarca”.
Así se expresa como surge y renace la espada de Bolívar por la firme determinación de la liberación de América latina, hoy recordamos al Líder y presidente aquel que se levantó después de la derrota ideológica que significó la caída del muro de Berlín y el posterior derrumbe de la Unión Soviética, más la instauración del Consenso de Washington y sus políticas Neoliberales y neocololoniales en toda América latina y el Caribe.
Este 5 de marzo se conmemoran los 10 años del fallecimiento del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien dejó un legado que trascendió fronteras al ser reconocido por sus aportes de solidaridad, unidad e integración de los pueblos de Latinoamérica y quien pronóstico la resistencia y luchas contra el modelo político Neliberal y desafío de la Perversa oligarquía mezquina y antipatriotica y a ti pueblo enquistada en clase media y clase alta, imponiendose y manipulando a la pequeña e ignorante burguesía proletaria.
Caminando por la senda abierta por Chávez nos permite comprender en este 2023 las causas de la guerra imperialista para imponer su cosmovisión cultural, que no sólo su expoliación económica y energética, se agrava e intensifica a diario.
Si en el 2017 era una verdad amenazadora y alarmante que esa guerra aplastaba a la hoy Ucrania del Donbass, a Siria, a Venezuela y a los barrios empobrecidos de los USA.
Ahora esa amenaza que recorre el mundo pretende llevar la guerra total más allá de lo meramente físico, para hacerla también cultural y estética, es decir, para imponernos la horrible fealdad inmoral y material del dólar, con ese hedor que repugnaba a Bolívar y bajo el que quieren descomponer a Nuestramérica y al entero mundo. La historia está confirmando la valía de la Espada develadas por Chávez en la incansable lucha del Libertador Simón.
VIVA CHÁVEZ POR SIEMPRE, VIVA NICOLÁS MADURO Y VIVA FIDEL CASTRO, ABAJO ABAJO LAS OLIGARQUÍA TRAIDORAS.
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