El vacío existencial es una profunda marca abstracta que a muchos políticos se les manifiesta por no poseer nada adentro de su ser, nada en el alma. Los políticos sin destino, sin identidad y sin valores tienden a sentirse vacíos y sin significado, y cuando eso sucede en personas supuestamente llamadas a transformar las comunidades y el país es muy lamentable, porque lo que tenemos son personas peligrosas, que lloran como niños en busca de sus juguetes, buscan ser llenados de poder y de significado sin importar el costo o las consecuencias, se aferran al poder y para esto usan el instrumento de la política como pretexto; entonces, es ahí donde la política deja de ser una disciplina para servir al pueblo y se transforma en una espada de doble filo que pretenden llenar ese vacío existencial y al mismo tiempo esa espada crea orificios que drenan el alma de dichas personas, dejándolas inservibles.
Es increíble como el ser humano se inmola y destruye a otros usando como excusa el amor a la patria, hablando de pasión para transformar la sociedad, y al mismo tiempo maltratando a gentes reales con la creación de leyes y políticas de Estado que no benefician a la mayoría de la población. Los políticos con vacío existencial buscan reinar y para reinar mienten, maltratan y matan la dignidad, “y algo más”, de todo aquel que les rodea. Ellos buscan ser los vistos, la imagen y sus metas personales están por encima del dolor del pueblo dominicano. Sus abrazos poseen veneno mortal, sus dádivas son anzuelos que van a la garganta para luego arrastrar en el polvo a los que mordieron su manjar camuflajeado. Ellos son los primeros, los únicos, y promueven con sus hechos que solo de debe trabajar para ellos y por ellos. Esa condición, el vacío existencial, propio del ser humano pero redimible, se nos vende como algo normal, nos han hecho creer que ese tipo de líder sin vocación, sin pasión, sin un destino transformacional, sin valores y sin alma es algo natural y que así supuestamente debe ser. ¡Pues no! Así no debió ni debería ser.
Por eso he decidido construir vidas y no destruirlas; debemos proponernos ser personas que generen esperanza y soluciones, y cuando hablamos o escribimos debemos producir una antítesis frente a esos políticos que arrastran su vacío existencial. Es fácil detectar a los políticos con vacío existencial: Son aquellos que se reeligen repetidamente por encima de los consejos de los más sabios y sanos; no pueden estar fuera del poder porque se deprimen; no saben servir, porque en ellos el servicio se transforma en manipulación y control; maltratan y hasta desaparecen a todos aquellos que lejanamente puedan mermar sus proyectos arribistas; hacen alianzas con los sectores más peligrosos de la sociedad, perpetuando el mal en forma de pago; en ellos prevalece e impera el oportunismo dejando a un lado el ser estadistas; no tienen una visión del tiempo ni del papel aquí en la tierra. Es bueno recordar que los políticos en el poder poseen mucha influencia, no así en el caso de un ciudadano sin influencia nacional, por eso es tan peligroso que elijamos a personas vacías para posiciones de poder y dirección.
Los dominicanos debemos volver a los reales principios de la democracia, a los consejos de aquel libro antiguo pero relevante, la Biblia, no debemos imitar a nuestros caudillos y dictadores, debemos imitar lo que transforma, lo que nos genera gozo y paz. La política es el mejor espacio para mostrar la equidad, la libertad y la generosidad. Es tiempo de redimir la política con hombres llenos de verdades y con valores universales.
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