¿Dónde está ese líder?
Nuestro país demanda líderes con coraje y con sensibilidad social; es lo único que este país necesita para encender la turbina que generará la producción, la equidad y la seguridad ciudadana. Líderes que estén comprometidos con el Estado, con el pueblo; que vean los partidos políticos como un simple canal para llevar el agua que apagará la sed social que por generaciones prevalece en la República Dominicana.
Los países que hoy gozan de seguridad social, los que poseen un alto nivel de desarrollo económico, y los que en este momento están creciendo, son naciones dirigidas por hombres con coraje y sensibilidad social; el desarrollo de esos países no se debe a ideologías petrificadas, no es porque se jactan de ser intelectuales, es porque son pragmáticos; para lograr ese nivel de pragmatismo se requiere coraje, integridad y sensibilidad social.
Cuando un líder, presidente o funcionario posee coraje, es capaz de tener valentía frente a un país sumergido en la corrupción, en la pobreza y en la injusticia. El líder con coraje está claro y está decidido a cambiar su nación; no le importa la posibilidad de recibir atropellos, calumnias y hasta amenazas de muerte por las posiciones que él promueve.
El líder con coraje se antepone al momento que le rodea, el momento actual, o como muchos le llaman, al status quo. El líder con coraje está por encima de los corruptos y de aquellos que quieren sacar fortunas en base a mentiras y a manipulaciones que solamente generan en la nación sufrimiento, pobreza y caos.
El otro elemento que debe poseer un líder que quiera transformar su país y su entorno, es la sensibilidad social. Ese líder debe tener la capacidad para escoger la conducta que mejor se adapta a la situación que está atravesando el país. Somos una nación que ocupamos los primeros lugares en los renglones de pobreza, inseguridad social, corrupción; estamos observando como los partidos políticos convencionales hacen alianzas con narcotraficantes, con ladrones y asesinos de la democracia. En otras palabras, somos un país pequeño con gigantes acciones delictivas. Si queremos un líder con sensibilidad social e íntegro, debemos entender que esa sensibilidad social es una actitud adquirida en el ambiente, en el contexto donde hemos crecido. En otras palabras, es un estado de disposición psicológica, pero adquirida y organizada a través de la propia experiencia.
Se necesita una persona que rechace la práctica común, el clientelismo; una persona que no llegue al poder destruyendo la misma democracia, hablando mentiras y comprando la dignidad del dominicano; es la única forma de exterminar la maldición sociopolítica que hemos arrastrado por decenas de años. Entonces, ¿Dónde está ese líder? ¡Busquémoslo!
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