EXTRAÑAREMOS A TRUMP
Por henry Polanco
Tras su salida pública este domingo en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC,) por sus siglas en inglés que se celebro en Orlando ( la primera de después de su salida de la Casa Blanca, reapareció con mucho optimismo futuro.
Podríamos extrañar o hechar de menos a Donald Trump? Es muy posible que sí. Por lo pronto, el “contra Trump vivíamos mejor” y se empieza a definir bien lo que pasa.
Algunos supimos desde el principio que los belicistas fueron Barack Obama y Hillary Clinton, que el anterior presidente era otra cosa, llegaba incluso al cinismo, negando una acción y promocionar otras,
Distinguíamos entre los efectos internos y externos de lo que sería su mandato.
En tanto en Donald Trump se trataba de un repliegue proteccionista para definir una nueva estrategia ante una decadencia que parecía imparable y asegurar una hegemonía que era cuestionada en sus fundamentos.
Como suele suceder con los populistas de derecha, las acciones más positivas son las autoritarias,el populismo es parte constitutiva del sistema político de los EE.UU.
una cosa son las declaraciones y otra las políticas que efectivamente se realizan, así ha sido el comportamiento hegemónico de los norteamericanos.
En mi propia opinión en su momento, me sorprendió en las últimas elecciones la fuerza y la consistencia del voto a favor de Trump.
Se ha repetido hasta la saciedad que Biden ha sido el presidente más votado en la historia norteamericana; el segundo, el candidato republicano que tuvo enfrente, pareciera que no,
No se debe olvidar que una poderosísima coalición encabezada por los grandes medios de comunicación y una parte consistente del establecimiento económico-corporativo, decidió salir de Trump.
El presidente saliente hizo mucho para perder, amenazó demasiado, gestionó mal la maquinaria del gobierno, maltrató a los aliados y, lo peor, subestimó hasta la estupidez la pandemia y sus consecuencias sociales.
Aún así, hubo una votación especialmente significativa, una militancia movilizada y una propuesta sólidamente insertada en la sociedad norteamericana, Trump no será flor de un día, pues su intención es seguir en campaña, mediáticas herido cómo fiera, pero de frente al propio statud quo.
Desde que empezó a emerger cómo Potencia Mundial la política exterior de los EEUU es clara desde la disolución del Pacto de Varsovia y la desintegración de la URRS, tratar de impedir el surgimiento de una potencia que pueda cuestionar su hegemonía.
Y en este objetivo no hay diferencias entre Trump y Biden; la divergencia tiene que ver con la estrategia y con el factor tiempo, mejor dicho, con el uso de los tiempos.
El ex presidente nunca definió con rigor su propuesta geopolítica, señaló con precisión al enemigo existencial, China, exigió de los aliados un alineamiento sin condiciones, aceleró el rearme y puso en cuestión unos organismos multilaterales que ya no eran funcionales.
Sin embargo, tal vez su gran error fue Rusia: no fue capaz establecer políticas que propiciaran unas relaciones más equilibradas con Occidente y más autónomas de China, decidió golpear con las sanciones que nada conseguiría.
La razón última tiene mucho que ver con la presión de los demócratas, la posición cerrada de la OTAN y la Unión Europea, y el grupo de los países de la “nueva vieja Europa” nucleados por los países del grupo de Visegrado.
Hay un dato a no olvidar, a pesar de su brutalidad, tonos autoritarios y lenguaje belicista, Donald Trump es el único presidente de los EEUU en los últimos cuarenta años que no ha metido a su país en una nueva guerra, aunque no hizo nada por terminar los conflictos encontrados, lo cual no lo exime de culpa, pero hay que reconocer que no les guardó maletas a nadie.
Y desde luego que esas decisiones no pueden seguir en esa dirección, ya que tanto el poder económico como también el mismo poder militar que apoyará a Trump, se sintió confundido y sin una dirección clara, sobre las decisiones a tomar, lo que provocó, mas pérdidas que resultados positivos, en favor del Establishment, y la hegemonía de Estados Unidos, Por está razón, después de la salida de Trump del poder, el 20 de enero,y con la llegada del bonachón de Biden, la frase oficial es: Estados Unidos está de vuelta».
Refiriéndose a nuevamente está gran potencia mundial volverá a los organismos multilaterales, de los cuales se retiró en tiempo de Trump, Y por tal razón y por lo que eso significa, estaremos extrañando a Trump, y sus decisiones.
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