¿Representantes de Dios, o del Demonio?
Desde sus inicios la institución ha jugado un papel de soporte del poder temporal, como parte de lo que Carlos Marx llamó la súper estructura de la sociedad, aparato jurídico e ideológico que tiene bien claro su papel de legitimador del derecho de propiedad privada defensor de intereses de a clase que está en la cima de la pirámide social. La iglesia ha jugado al adormecimiento de las masas prometiéndoles la felicidad en un más allá extraterrenal, eliminando del ser humano toda idea de subversión, que ponga en peligro la situación de control y