La política como prostitución
Ejercer la prostitución política, en cambio, trae consigo convertirse en mercancía. Ofertarse y ser deseado, su práctica no ataca la credibilidad de instituciones y organismos donde se desarrolla. María Moliner concibe la prostitución política como un empleo deshonroso de cargo o autoridad; por ejemplo, obteniendo provecho ilícito de ellos o sirviendo a intereses mezquinos. Hacer alguien uso deshonroso de cualquier cosa que posee y que en si es noble, vendiéndola o envileciéndolo.