Luis Carvajal: “El agua no tiene la culpa, son las ciudades las que se construyen contra su propio territorio”

Santo Domingo.– El reconocido biólogo y ambientalista Luis Carvajal advirtió que las ciudades dominicanas se han levantado ignorando las huellas naturales del agua y los límites del territorio, lo que ha convertido las lluvias y tormentas en amenazas recurrentes para la población.
En un análisis titulado “El agua no tiene la culpa: ciudades contra su propio territorio”, Carvajal sostuvo que el principal problema no es el clima, sino las decisiones humanas que desconocen la naturaleza del suelo, las cuencas y los drenajes naturales.
“El agua, bien comprendida y gestionada, es aliada; solo los humanos, con nuestras decisiones, evitamos que lo sea y la convertimos en amenaza”, afirmó.
El especialista explicó que la ocupación del territorio urbano en el país ha ignorado de manera sistemática los drenajes naturales, la curvatura del relieve, los humedales y las zonas de inundación, dando prioridad al valor inmobiliario por encima de la seguridad ambiental. A ello se suma el deficiente manejo de los residuos sólidos, especialmente los plásticos, que obstruyen los imbornales y agravan las inundaciones.
Propuestas para una nueva relación con el agua y el territorio
Carvajal planteó una agenda mínima de once acciones prioritarias para corregir esta situación y fortalecer la resiliencia de las ciudades dominicanas:
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Planificación urbana por cuencas hidrográficas, no por parcelas.
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Respeto a las huellas y zonas de escorrentía del agua.
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Control de la impermeabilización del suelo y promoción de techos permeables.
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Creación de infraestructura verde-azul: parques inundables, jardines de lluvia y sistemas de retención temporal.
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Gestión integral de residuos con enfoque preventivo y economía circular.
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Elaboración de catastros de riesgo y mapas públicos.
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Implementación de códigos de construcción resiliente.
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Mantenimiento permanente como política pública, no como favor político.
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Gobernanza transparente y sanciones por ocupaciones ilegales en cauces.
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Financiamiento para la prevención y restauración ecológica de riberas y humedales.
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Cultura de riesgo y educación ciudadana desde las escuelas y comunidades.
“La culpa no es del agua”
Carvajal insistió en que la solución no está en culpar al clima ni a los fenómenos naturales, sino en reconstruir la relación entre ciudad y naturaleza.
“El problema es haberle dado la espalda a la naturaleza del territorio e insistir en imponerle una cuadrícula donde el relieve pide curvas y espacios de respiro”, subrayó.
El ambientalista destacó la necesidad de involucrar a las comunidades en la planificación local, capacitar brigadas, mapear puntos críticos y promover la ciencia ciudadana para medir lluvias, registrar eventos y compartir datos con las autoridades.
También llamó al sector privado a asumir su responsabilidad ambiental, garantizar el mantenimiento de obras pluviales, gestionar adecuadamente los residuos y transparentar los impactos de sus actividades.
Finalmente, Carvajal sostuvo que nunca es tarde para corregir los errores urbanísticos y ambientales, pero que la prevención y la planificación deben convertirse en ejes permanentes de la gestión pública.
“El agua no tiene la culpa. La culpa es haber ignorado su memoria, su lenguaje, sus pausas y sus caminos”, concluyó.




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