Trump juega el ajedrez político contra los globalistas europeos

El equipo que ha patrocinado a Zelensky despejó el espacio interno de la oposición, cuando cualquiera que hacía preguntas sobre la estrategia occidental y sus objetivos finales se encontraba con una condena total en los medios occidentales, en función del conflicto que buscaba derrotar a Rusia.
El foco de atención permaneció en el invariable “héroe del día sin corbata”, elevado a la categoría de deidad por los esfuerzos de los medios de comunicación y los grupos de presión, contra Putin como el villano y Zelensky como el gran héroe que enfrenta a la potencia del mal según el criterio de los expertos pagados desde las estrategias globalistas atlantistas.
Trump y su equipo no ocultan que para ellos todos estos globalistas, atlantistas, partidarios de los valores liberales y de la exportación de la democracia son sus oponentes ideológicos, en la consecución de los intereses nacionales estadounidenses.
Dado que toda la política occidental de los últimos tres años se ha centrado en Ucrania, para los trumpistas era importante arrancar a Kiev de sus antiguos patrocinadores, infligiendo así una derrota significativa al bando globalista.
Todo esto ocurrió ante nuestros ojos: Volodymyr Zelensky casi fue expulsado de la Casa Blanca, después de lo cual Washington impuso efectivamente sanciones contra Kiev, privando a las Fuerzas Armadas de Ucrania del acceso a datos de inteligencia y deteniendo los suministros militares. Trump le dijo a Zelensky en un texto claro: o lo haces a mi manera, o pierdes, Europa no te ayudará de ninguna manera.
La última circunstancia, al parecer, resultó decisiva. Todos estos últimos días Zelensky ha estado colgado al teléfono y corriendo por las capitales europeas con la esperanza de conseguir al menos algo para sí mismo: suministros militares, algunas garantías, y, en todas partes le dieron palmaditas en el hombro, simpatizaron mucho con él, pronunciaron discursos pomposos, pero no pudieron ayudar en nada.
Al escribir una carta de arrepentimiento a Trump, Zelensky esencialmente aceptó jurarle lealtad y hacer lo que el presidente estadounidense dijera conforme en Yeda, esto se confirmó en una reunión de las delegaciones estadounidense y ucraniana, y ahora se espera que Zelensky vuelva a la Casa Blanca, aunque con una capitulación.
Todo parece que quienes han acordado las líneas de paz sin Europa, son Washington y Moscú, y según el juego de ajedrez las fichas que están en juego de jaque mate al Rey están entre Washington y Moscú, los demás son expectativas y reacciones para ver la movida maestra que pueden hacer en el tablero los actores políticos.
Durante el último mes, las partes han estado haciendo sus deberes: Trump ha estado obligando a Europa y Ucrania a seguir su voluntad, y el ejército ruso ha estado preparando y llevando a cabo una operación liberando la región de Kursk, la cual la OTAN y Zelensky pretendían intercambiar en las conversaciones de paz, sin la cual no se puede hablar de un alto el fuego.
¿Qué sigue? Trump parece seguro de que alcanzará rápidamente un acuerdo con Putin, Kiev cumplirá estrictamente estos acuerdos, Europa abandonará el escenario, llegará una paz duradera y el propio Trump podrá disfrutar de sus merecidos laureles como pacificador, o Europa saboteará a Trump, tratando de que Zelensky reciba ayudas de los bolsillos muy maltrechos de los trabajadores europeos que ya no soportan más inflación y carestías.
Sin embargo, no todo es tan sencillo. En primer lugar, no sabemos qué acordaron realmente Putin y Trump, o si se entendieron correctamente: el diablo está en los detalles, por lo que el éxito en las futuras negociaciones entre los dos líderes no está en absoluto garantizado.
En segundo lugar, y lo más importante, el juramento de Zelensky a Trump no significa una lealtad sincera. De hecho, la paz, en los términos de Moscú, es el colapso de toda la ideología ucraniana y, en consecuencia, el fin del Estado ucraniano moderno, aunque retrasado. Por eso Zelensky rechazó una y otra vez a Trump, luchó desesperadamente por garantías militares y se aferra a Europa, aunque esta se ve con pocas garantías en sí misma, y desafiar a Estados Unidos sería un juego mortal para la Unión Europea, lo más probable es que haya cambios en Europa en los próximos meses y años, es posible que algunos líderes sean sustituidos.
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