Llaniris Espinal dibuja sonrisas en el rostro de cientos de niños y niñas de comunidades de Santiago
“Cada año mi corazón reboza de felicidad. Compartir un mensaje de esperanza con los niños y niñas de las comunidades donde viví tanta desigualdad, es como llenar un vacío, y renovarme al ver como cada juguete diseña una sonrisa en tantos rostros soñadores”. Llaniris Espinal.
Altagracia Kubinyi
Estancia la Herradura, Santiago de los Caballeros, R.D.- Todo comienza con el toque de puertas a los vecinos, la llegada de los pequeños de la comunidad, que desde temprano se asoman a su fiesta infantil, y la solidaridad de Llaniris Espinal, quien cada año viste de alegría la calle cuatro de Estancia la Herradura y otros sectores de la ciudad.
Mientras pasan los minutos, la muestra de colaboración y entrega de cada familia de la zona escribe una nueva historia de la famosa frase: “Nadie es Profeta en su Tierra”, porque Lllaniris Espinal es escuchada, apoyada y acompañada por su comunidad. Ella toca las fibras más profundas de conexión, y para muchas personas, es la mujer que hace posible que la unidad exista.
Continúa la magia, el silbido de un esfuerzo colectivo de los vecinos que, de diez en diez, completan los espacios de la calle cuatro. Aquello es increíble, una comunidad repleta de compromiso y confianza en el trabajo de Llaniris Espinal, la diputada, transforman el callejón en un telón de celebración.
Manos solidarias que alegran corazones
“Disfruten, esta es su fiesta, porque ustedes, que son el presente y el futuro de nuestra sociedad, merecen que les celebremos. Estoy muy feliz de poder estar aquí en su compañía, y como algunos saben, soy Llaniris Espinal; su diputada, y la vecina de siempre. La misma que viene de abajo, que ha luchado y creído en una sociedad mejor, y les digo que si yo lo logré, ustedes también pueden”, expresa la legisladora y activista comunitaria.
Sigue la alegría, llega el momento esperado, el concurso de bicicletas y patinetas, que crean una atmósfera de prosperidad y entusiasmo imposible de olvidar. Al salir los números ganadores, las emociones más escondidas de los espectadores acompañan a los infantes que tienen un golpe de suerte. “La mejor parte es que cada niño y niña se llevan un regalo a casa”, dice Paola María Reyes, madre de una de las niñas premiadas.
“Mi hija Ashley María Corona se siente muy agradecida y feliz de ganarse la patineta. En realidad, con nuestra condición económica nunca pudiéramos comprar un regalo como este. La actividad fue muy hermosa, mi familia la pasó increíble”, comparte con agradecimiento, Paola María Reyes.
“Para nosotros Llaniris Espinal representa la amiga cercana; es amable y llena de bondad. Conocerla es como recibir el apoyo incondicional de alguien que siempre está dispuesta a defender a la comunidad y crear oportunidades para eliminar las desigualdades ”, enfatiza Reyes.
“Gracias por este regalo. ‘¡Qué lindo!’ ‘No lo puedo creer, me saqué la bicicleta mami’, ahora sí podremos jugar y ‘pasarla’ bien, voy a montar a mis amiguitos”, se escucha decir a otros infantes durante el sorteo.
Un legado que sigue creciendo
“Ustedes saben que este es un evento que hago cada año y, ahora, que soy diputada; su diputada, tengo el mismo compromiso de poder celebrarles. Solo quiero pedirles que cuiden el medio ambiente, que recojan la basura y siembren un árbol”, aclama Espinal llena de emoción y positivismo.
“Gracias a mi Familia, a mis hijos por siempre estar aquí, al Escuadrón Verde y a ustedes, por ser los mejores vecinos, por colaborar y creer en este proyecto. Cada uno de ustedes me inspira. Hoy, no sólo soy su compueblana, sino una aliada para hacer realidad la justicia y la dignidad”, pronuncia Espinal.
Al pasar las horas, la sonrisa se convierte en terapia. Todo sigue siendo mágico, la entrega de regalos es un destello de creatividad; las familias disfrutan sin parar la obra de “Amy la Bibliotecaria”, desarrollada por Ángela Martínez y Vinicio Pons, en un apuesta en escena interactiva que lleva alegría a muchos sectores desde el año 1984, con el proyecto artístico “MUSU”.
Los participantes siguen animados, con frutas en manos, y la creatividad de Maria Isabel Rodríguez que enciende la furia de felicidad y adrenalina con el “Baile de la Silla” y el juego de “La Fila”.
Una tradición que toma más fuerza
Desde el año 2014, Llaniris Espinal apuesta a la solidaridad de su corazón, y de las personas que han creído en que siempre se puede hacer feliz a alguien. Sigue firme en la misión de sembrar semillas de esperanza en los niños y niñas de los rincones menos favorecidos.
Desde entonces, su espíritu verde conquistó los corazones de niños y niñas de “ El Hoyo de Elías de La Yagüita de Pastor”, “Los Llanos de Barrio Lindo”, “Estancia, La Herradura”, y “ San Rafael y Reparto Tolentino, La Otra Banda”.
El trabajo comunitario tiene sus raíces en los vínculos humanos, y los integrantes de Estancia la Herradura practican este principio, se conectan con Espinal para crear posibilidades infinitas. El primer paso es compartir la visión de que cada niño y niña del país tengan memorias saludables en su vida temprana, y de esa forma contribuir a una edad adulta productiva y próspera, como establecen las Naciones Unidas.
La diputada por la Fuerza del Pueblo y de la circunscripción #2 de Santiago de Los Caballeros no se olvida de su compromiso con la gente de a pie. Espinal apadrina otros eventos de centros educativos, iglesias y espacios comunitarios que rebosan de felicidad en los pueblos del país.
Huellas en la comunidad
Ana Margarita Ramirez es voluntaria comunitaria, y define a Llaniris Espinal como una excelente hija, madre y amiga. “Siempre está preocupada por defender a las personas que menos tienen. Ella vivió momentos difíciles en su vida y lo supo superar. Tiene mi admiración, confianza y apoyo constante”, confiesa Ramirez, con firmeza en sus palabras.
“El impacto de estas actividades de diciembre y enero, es significativo para nuestros niños de las comunidades más pobres, porque logramos que desde sus rostros broten sonrisas. Para nosotros un juguete no significa mucho desde nuestra adultez, para los infantes, significa su mundo. No es la primera vez que hacemos esta actividad, hace muchos años que Llaniris logra transformar el día de esas familias, cuando menos tenía, no sé cómo lo hace, pero es admirable. Me siento orgullosa de ser parte de estas acciones en favor de nuestros niños ”, explica Ramirez.
Jorge Luis Ceballo es padre de familia y trabajador. Para él, la tarde infantil es una actividad importante porque nadie más lo hace en el sector, y gracias a esta iniciativa, niños como el suyo pueden recibir juegos que para ellos sería difícil comprar, como la bicicleta que se ganó el pequeño de la casa.
“Al cuidar a los más pequeños, y al medio ambiente, protegemos el presente y el futuro de nuestras comunidades. Es la fórmula segura para crear una sociedad digna, llena de respeto, justicia y sostenibilidad ambiental, porque los niños son los mensajeros idóneos del cambio que buscamos”, finaliza Espinal con tono de seguridad.
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