Los accidentes de tránsitos; luto inesperado y desesperanzador
Por Llaniris Espinal/ Ganador del 2do lugar en el concurso de ensayo en la Escuela de Comunicación Social de la UASD.
Los actuales desafíos de muertes por accidentes detránsito que enfrentan los ciudadanos de la República Dominicana evidencian las debilidades estructurales del Estado en su función de garantizar el derecho a la vida.
La República Dominicana es una de las naciones más afectadas de la región, ocupando las posiciones y los números más alarmante de los últimos.
Las diferentes modalidades de los usuarios de transporte terrestre han agudizado la actual crisis en la que miles de seres humanos mueren.
A pesar de que los datos más recientes ofrecidos por los representantes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) muestran un descenso en el número de personas fallecidas por accidentes de tránsito en comparación con informes anteriores, la realidad es que este mal sigue cobrando vidas.
Las informaciones presentadas por la DIGESETT revelan que Santo Domingo encabeza la lista de las provincias con más accidentes de tránsito. Luego les siguen: San Cristóbal, La Vega, Santiago, Puerto Plata y Azua.
Es alarmante asumir que en el 2020 hubo mil 725 muertes por accidentes de tránsito. Un dato preocupante es que las edades mayor número de decesos fueron de 16 a 20 años.
Según la superintendencia de salud y riesgos laborales (Sisalril) solo en 2017 la ARS reportaron al Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) un gasto de las de 864.4 Millones para atender 24,815 casos de accidente de tránsito.
Sentimientos imborrables
Para términos de un buen análisis del comportamiento, nos dirigimos a Bonao donde entrevistamos al señor Francisco Díaz quien en la noche del 31 de diciembre del 2020 junto a su familia sufrió un trágico accidente.
Francisco Díaz es sobreviviente de un accidente y al mismo tiempo víctima de la imprudencia de la persona que le arrancó de sus brazos a su sobrina que comenzaba a vivir, quien lo acompañaba y que desafortunadamente no logró abrir sus ojos jamás.
Para Díaz las políticas estatales y de prevención deben de ser revisada y actualizada a fin de endurecer las penas para quienes cometen infracciones.
Francisco Díaz hace un llamado a la población a ser prudentes, responsable y tener cuidado.
“En mi caso es difícil para mí, porque no solo acabaron con la vida de mi sobrina, también acabaron con la paz de mi familia en el sentido psicológico y en otros órdenes”, manifiesta.
“Es mandatorio aplicar medidas de tipo sanciones las cuales produzcan en la población un cambio significativo permitiendo así que los ciudadanos cumplan las leyes al pie de la letra”, asegura.
Díaz agradece a Dios por regalarle otra oportunidad para vivir en esta tierra. El joven y padre de familia considera que la persona que le impactó debió de venir bajo los efectos del alcohol “porque no tenía luz y venia en vía contraria”.
Altagracia Kubinyi, periodista y activista social, cuenta la triste experiencia que vivió al visitar el cadáver de su amiga Juana quien perdió la vida en un motor con solo 17 años. También tiene intacta la imagen de dolor de la familia de Iris, una adolescente que tampoco vivió luego de un accidente en motocicleta.
Bladimir Alcántara, estudiante de contabilidad y egresado de liderazgo juvenil, considera que es necesario fortalecer la educación víal.
Desde su perspectiva se necesita preparar un plan que involucre la capacitación a jóvenes y adolescentes de los centros educativos de secundarias. Asimismo, Alcántara considera necesario integrar a los padres y tutores.
Entiende que se debe de enfatizar en el respeto a las señales de tránsitos, a la responsabilidad que implica el manejo y las vidas que tiene una persona en sus manos al momento de estar al volante de un vehículo.
Tal y como han coincido los entrevistados, hay una herramienta poderosa que puede ayudar en la erradicación de las víctimas mortales por accidentes de tránsitos, la educación vial.
Apostar a esta herramienta es ganancia. Recordemos la célebre frase de Nelson Mandela “La educación es el alma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
Factores
Entre las diferentes causas de esta problemática se encuentran las competencias irresponsables, el desconocimiento de las leyes de tránsito, la ausencia de un régimen de consecuencia a la ciudadanía y la corrupción al momento de las sanciones.
A esto se le suma la irresponsabilidad de nuestros conductores al ingerir bebidas alcohólicas a la hora de conducir.
Exceso de motocicletas en las calles en manos de conductores irresponsables.
Existen varios factores que influyen para que los resultados cada vez sean mayores en cuanto al número de accidentes de tránsito ocurridos años tras año en nuestro país, entre ellos están:
- Ausencia de educación vial en las escuelas.
- La permisibilidad de los padres ante los hijos.
- Imprudencia por parte de los conductores y transeúntes u/o peatones.
- Mal estado de calles y avenidas, sumado a eso la poca señalización e iluminación de nuestras vías.
- El uso del teléfono celular.
- Ausencia políticas de estado que establezcan un régimen de consecuencia donde los infractores puedan ver afectada su libertad además de su economía.
- Desconocimiento de la Ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial de la República Dominicana. G. O. No. 10875 del 24 de febrero de 2017.
Es importante destacar que la educación no solo incluye a las personas propietarias de automóviles sino también a toda la ciudadanía, por tal razón todos debemos cambiar nuestra cultura vial para una mejor convivencia, ya que las tragedias cotidianas pueden evitarse dándole la debida importancia a las leyes de tránsito y a la vida.
Las distintas causas de accidentes de tránsito en el país implica la necesidad de una política pública integrada que combine acciones a corto, mediano y largo plazo en áreas tan diversas como la infraestructura vial, el diseño y estado de los vehículos, la educación, el sistema de salud, la fiscalización y control de las medidas.
Para poder llevar a cabo estas recomendaciones es necesario la inclusión de diferentes actores tanto de la sociedad civil, sector público y privado.
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