Qué pasó con la formación de los militantes, que todos pasaron al clientelismo y sustituyeron fanatismo
La formación de los militantes era un aspecto fundamental en un partido revolucionario o de izquierda. Sobre todo con la participación de alta, mediana y pequeña burguesía, estuvo siempre en la preocupación de los líderes que se convirtieron en maestros formadores de cuadros, y leales seguidores de las causas nobles, que daban formación a un Partido Político.
En nuestra República Dominicana tanto Juan Bosch, Cómo Juan Isidro Jimenez hacen incapie en la temática formativa del militantes que no era igual a la formación de la bases, que a su vez llegaban a la masas, para conquistar el favor de los ciudadanos, algo muy cómun en los albores del modelo político dominicano, denominado democracia.
Otros políticos más conservadores se concentraban en encausar a las masas en función de los intereses nacionales y cautivarlos mediante el discursos, emotividad, y los beneficios particulares que podrían recibir en función del partido de turno, así estuvo determinada la participación política por el fanatismo en los partidos políticos conservadores de la democracia moderna, hasta que llegó el clientelismo, con el oportunismo cómo normas, y los partidos políticos pasaron a otras etapas que no establecen entre los deberes del militante y la continua formación y autoformación, dejando de lado todo esas preocupaciones ya que lo importante es el poder y alcanzar el poder.
Un partido no es un destino, es solo un instrumento que se construye para acompañar el timón de la historia a favor de las causas que pueden ser social, o nacionales, por tanto un partido debe siempre afinarse para cumplir sus objetivos.
Uno de los principales problemas de los partidos en el ejercicio de gobierno es que son penetrados en sus propias estructuras burocráticas heredadas a la vez de la estructura dominante, además de las consortes del amiguismo y compadrazgo, que caracterizan hoy las prácticas políticas clientelar en República Dominicana.
No es posible negar, que los militantes y dirigentes de un partido son permeables a las tentaciones que se derivan del acto de ser gobierno y poder, y en función de ellos permiten ser utilizados para el desarrollo del proceso electoral, a cambio de migajas sin, ningún beneficio colectivo.
En éste anda luz de magnetismo, las ferosas convicciones de las izquierdas o de izquierda han venido convirtiendo los discursos en mega instrumentos musicales de la misma derecha.
Toda esta situación fue acelerando la confusión, el desconcierto y el fatalismo de individualidades, movimientos y partidos de izquierdas. Algunos giraron hacia la derecha, otros se refugiaron en la crítica solitaria, hubo quienes renunciaron al socialismo o se fueron a militar en iglesias cristianas protestantes, mientras otros que se reclaman de izquierda reproducen los códigos, símbolos y claves de las derechas.
En su narrativa observamos un discurso que no hace más que copiar, y hasta asumir la agenda temática de la derecha.
Temas de la seguridad ciudadana, Temas de los intereses nacionales, temas de los crecimientos económicos, temas de los reeductos derechos civiles y políticos, así cómo reformas de leyes, que no llevaron, ni llevan ningún cambio estructurales, en lo político y social, sólo temas que forman partes de la farándula, del modelo dominante.
Hay supuesto militantes que confunden, quien es quien, y otros, no saben cuáles son los objetivos de su organización, o qué agendas real promueven, incluso desconocen los estatutos de su organización, en la que ellos participan porque están con algun padrino político del momento,
En fin los gobiernos de turnos dando tumbos de un lado al otro, sin planes, sin proyectos, sin ruta; del otro lado la oposición, sin planes, sin proyectos, sin ruta, parecen estar llenos de la misma profecía.
Sus parecidos son tales que cuesta diferenciar quien es quien a la hora de los discursos y las praxis. Debo puntualizar otro elemento. No es apropiado hablar del gobierno en singular, como tampoco es la oposición en singular. De manera que lo propio es decir los gobiernos y las oposiciones, así creció el clientelismo, cómo sustituto del fanatismo, faltos de de formación política, y de lealtades a las nobles causas de sus organizaciones y no importa sí es izquierda o derecha, lo importante es el poder, y poder.
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