La educación un problema presente en el mundo actual
Por Araceli Aguilar Salgado
«La propagación acelerada de la incitación al odio es una amenaza para todas las comunidades. Nuestra mejor defensa es la educación, que debe estar en el centro de cualquier esfuerzo por la paz. Es nuestro deber colectivo capacitar a los alumnos de todas las edades para reconstruir el discurso del odio y sentar las bases de sociedades integradoras, democráticas y respetuosas de los derechos humanos. Para lograrlo, necesitamos formar y apoyar mejor a los docentes que están en primera línea para superar este fenómeno. «Audrey Azoulay Directora General de la UNESCO
El Día Internacional de la Educación se celebra el 24 de enero de 2024 bajo el lema «aprender para una paz duradera».
El mundo asiste a una oleada de conflictos violentos paralela a un aumento alarmante de la discriminación, el racismo, la xenofobia y la incitación al odio.
El impacto de esta violencia trasciende cualquier frontera basada en la geografía, el género, la raza, la religión, la política, offline y online.
La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero Día Internacional de la Educación, en celebración del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.
En la actualidad, 250 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar y 763 millones de adultos son analfabetos. Su derecho a la educación está siendo violado y es inaceptable. Es hora de transformar la educación.
Un compromiso activo con la paz es hoy más urgente que nunca: La educación es fundamental en este empeño, como subraya la Recomendación de la UNESCO sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible.
El aprendizaje para la paz debe ser transformador y contribuir a dotar a los alumnos de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades.
La UNESCO dedica este año el Día Internacional de la Educación al papel crucial que desempeñan la educación y los docentes en la lucha contra el discurso del odio, un fenómeno que se ha multiplicado en los últimos años con el uso de las redes sociales, dañando el tejido de nuestras sociedades.
El Día Internacional de la Educación 2024 tiene como objetivo:
- Movilizar a los Estados miembros y socios para mantener la educación en la cimade la agenda política y cumplir sus compromisos TES y Educación 2030;
- Generar visibilidad a nivel local y global sobre la importancia de la educación para fortalecer y sostener la paz, como se describe en la Meta 4 del ODS 4.7, y otros esfuerzos educativos globales;
- Abogar por mayores niveles de financiación nacional e internacional para la educación en general, y la educación para la paz en particular, especialmente a través de asociaciones y mecanismos innovadores y de múltiples partes interesadas;
- Resaltar y celebrar el papel pacificador de los jóvenes y los educadores en y a través de la educación hacia sociedades justas, inclusivas y pacíficas;
- Proporcionar una plataforma para discutir las prioridades y los desafíos de la educación para la paz en contextos de crisis y conflictos globales cada vez más prolongados;
- Reunir a personas influyentes y a la sociedad civil en general para impulsar el movimiento para llevar la educación al centro de los esfuerzos de consolidación de la paz locales, nacionales, regionales y globales;
- Crear conciencia sobre enfoques eficaces en educación para la paz y movilizar el compromiso para su implementación.
Más allá de ser un simple proceso de transmisión de conocimientos, la educación emerge como un pilar indispensable para el progreso social y económico, la inversión en educación no solo moldea a individuos competentes y adaptativos, sino que también forja comunidades más saludables y economías más fuertes.
Desde el aumento de la productividad laboral hasta la reducción de la pobreza, la educación emerge como una fuerza transformadora capaz de romper ciclos viciosos y abrir las puertas hacia un futuro más próspero.
Facilita la formación de ciudadanos informados, activos y comprometidos, fortaleciendo la cohesión social y promoviendo valores de tolerancia y respeto.
La adaptabilidad a los cambios tecnológicos, la competitividad global y la contribución al desarrollo sostenible son resultados directos de sistemas educativos sólidos, al celebrar este día reafirmamos la importancia de seguir invirtiendo en este recurso invaluable que impulsa la evolución y el progreso de nuestras sociedades.
Las organizaciones internacionales, gobiernos, específicamente, se busca combatir el discurso de odio, particularmente para combatir el racismo y el antisemitismo. En México, el antisemitismo, salvo contadas excepciones, no figura en la agenda pública.
Asimismo, el racismo, frecuentemente particularizado como la suma de actos que se realizan contra las personas afrodescendientes o de algún pueblo originario, difícilmente suele ser visibilizado o reconocido como tal.
En cambio, la pigmentocracia, la entronización de personas por su color de piel, así como la discriminación a las personas procedentes de un origen rural, por su léxico, por su cultura o por estar en situación de pobreza urbana, a quienes llaman despectivamente “de tez humilde”, son constantes en la vida cotidiana en México.
Irreflexivamente este día internacional, considerando que, con garantizar que no existan discursos raciales o antisemitas se está cumpliendo con el seguimiento a las recomendaciones de la ONU y de la UNESCO, sino que debemos reflexionar mucho más profundamente al respecto y darnos cuenta de que el discurso de odio es proteico, metamórfico y está presente en nuestra idiosincrasia; la violencia está al día en nuestro querido México.
Romper con las barreras que impiden el acceso, la permanencia y la continuidad en el sistema educativo en México, atender el estado socioemocional que cada uno de los estudiantes guardan, como víctimas consuetudinarias de la violencia es imprescindible, así también, brindar formación inicial y continua a los maestros para que puedan afrontar y canalizar debidamente las situaciones de esta índole para que los especialistas atiendan la situación, así como atención a sus personas en el rubro mencionado, brindándoles contención y canalización también a ellos ante las circunstancias que enfrentan cotidianamente.
En marco de la conmemoración una política pública en México que permita actuar en consecuencia al Día Internacional de la Educación debidamente, enmendado los pasos gubernamentales erráticos que han generado millones de víctimas del abuso, que significan el rezago educativo, el abandono escolar y el analfabetismo dentro y fuera de las aulas en diversos estados de la república mexicana, entre otros flagelos.
Debemos ser cuidadosos: vincular a los estudiantes desde ahora a convertirse en agentes de paz en un mundo violento, si bien resulta disruptivo y contra cíclico, también responsabiliza e involucra a las generaciones más jóvenes en corregir asimetrías que ellos no generaron, corresponsabilizándolos inopinadamente.
Comprometámonos y actuemos, pero exijamos actuación al respecto a las autoridades responsables: los funcionarios del sector educativo como primeros respondientes de la educación para la paz, quienes deben de coordinar la acción transversal en torno al tema, así como demandar la intervención de los poderes de la unión; mientras que, como ciudadanos debemos evaluar las acciones gubernamentales realizadas hasta el momento y la capacidad de quienes aspiran a gobernarnos de construir educación para la paz, factor que debemos de tener en cuenta este próximo 2 de junio al momento de emitir nuestro sufragio.
Recordemos las palabras de Kofi Anna: “La educación es el motor del desarrollo y el instrumento más efectivo para reducir la pobreza, mejorar la salud y fomentar la paz”
Por lo que la educación no solo es un vehículo para alcanzar metas individuales, sino también un compromiso colectivo para construir un futuro más equitativo, sostenible e inclusivo. Es una herramienta poderosa que trasciende fronteras y se erige como un catalizador para poder construir un mundo mejor.
“Es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector, un llamamiento para que se siga avanzando en unidad con valentía y creatividad por estos tres caminos: el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo.”
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