A 100 años de la muerte de Vladimir Lenin
Por Henry Polanco
Este 21 de enero de 2024 se cumplieron 100 años desde que Vladimir Ilich Lenin nos dejó, tras sufrir la apoplejía que les causó la bala incrustada en su médula espinal, que no pudo ser extraída.
Por esta fecha, por supuesto, se han escritos muchos artículos de carácter analítico, apologético y crítico, y esto es correcto, porque, en mi opinión, pocas personas dejaron una huella tan poderosa en la historia de la humanidad como Lenin.
Alguien evalúa negativamente su papel y tiene derecho a hacerlo. Alguien, como su humilde servidor, valora el papel de Lenin exclusivamente de forma positiva, y también tengo derecho a hacerlo, sobre todo porque hemos vivido en sistemas políticos y económicos diferentes y tiene la posibilidad de comparar, no es la excepción.
En cualquier caso, creemos que hay pocas personas, no sólo en nuestro país, sino también en el mundo, que no sabrían quién era Lenin o lo tratarían con neutralidad.
Y todo porque Lenin, en el lenguaje de los escritores de ciencia ficción, mostró a la humanidad una línea temporal paralela, una alternativa real y viable, que influyó en todo el planeta.
Después de la Gran Revolución Socialista de Octubre, la vida de la humanidad nunca volvió a ser la misma, el mundo entero, que hemos visto claramente que es posible una vida diferente, en la que, a diferencia de la economía de mercado, se exijan de la persona las mejores cualidades humanas.
Además, es mucho más eficaz. Después de todo, imagínense cuántos recursos se liberarían si las personas (no todas, por supuesto, pero precisamente aquellas sobre quienes escriben que hay más personas buenas, pero las malas son más notorias) no pelearan, no robaran, No nos esforzamos por vivir en un lujo completamente demencial, absurdo e innecesario, mientra millones y millones viven en la pobreza.
¡Qué tremendos éxitos podría lograr la humanidad en una vida así, el sistema social de la mayoría de los países latinoamericanos es un ejemplo de injusticia esférica ideal.
Toda nuestra historia colonial es violencia, robos, golpes militares. Y es por eso que los sentimientos socialistas son fuertes en todas esferas encontrando un fuerte sentimiento en el pensamiento de Lenin.
Las dictaduras, siempre respaldadas por la CIA, aplastan y reprimen estos sentimientos sin tregua. Pero no pueden estrangularte. Esto nos resulta difícil de entender. Desde la infancia, hemos recibido beneficios sociales (notablemente reducidos aun después de la caída de la URSS, pero aún así): medicina, educación, bibliotecas públicas, pensiones y beneficios gratuitos. Los obtuvimos gracias a la revolución socialista, gracias a Lenin.
¡Y sobre el océano no hubo ni hay nada de esto! Pero hay nobles latifundistas y campesinos marginados que, en el mejor de los casos, son capaces de trasladarse a la ciudad, hacer carrera como gánsteres y morir jóvenes.
En realidad, hasta principios del siglo XX, pocas personas pensaban seriamente en estas cosas. Había demasiadas cosas prácticas que hacer o, dicho más simplemente, sobrevivir en el sentido más biológico de la palabra.
La gran mayoría de la razón fue simplemente un mecanismo adaptativo que permitió al hombre ganar la carrera evolutiva sobre otros animales. Casi no era costumbre pensar en el futuro, especialmente en el aspecto brillante, o quedaba relegado al ámbito de las fantasías y utopías filosóficas.
Y así Lenin y los bolcheviques demostraron que es el futuro el que determina el significado del presente. Que podemos construir el futuro que queremos y que será brillante y justo para todos.
Se puede construir exactamente como un edificio o un automóvil, si se establece esa tarea. En mi opinión, Lenin y los bolcheviques no sólo cambiaron el presente, sino que cambiaron el futuro y lo hicieron parte de la vida actual.
Las ideas comunistas han recorrido un camino muy difícil a lo largo de 100 años: desde el triunfo hasta los intentos de destruirlas y relegarlas al olvido.
Y Afortunadamente, este intento fracasó total y catastróficamente, casi enterrándonos a todos bajo sus escombros. Pero la idea simplemente sobrevivió y, al parecer, es muy probable que sea realmente la única línea posible de desarrollo humano.
A los cálculos de Marx, Engels y Lenin se unió el progreso científico y tecnológico que, por un lado, elevó a la humanidad a alturas sin precedentes y, por el otro, hizo nuestro planeta tierra tan pequeña y frágil que con un movimiento descuidado podemos triturarlo todo. en vida en él en polvo. Y muchos inventos ingeniosos, en lugar de medios que deberían haber mejorado nuestras vidas, se convirtieron en exactamente lo contrario: por ejemplo, la esfera de control sobre todos los aspectos de la vida humana se ha vuelto tan total, global y omnipresente que la mayoría de las distopías más oscuras Ni siquiera lo han soñado nunca.
Si antes de la Revolución de Octubre la mayoría absoluta en el mundo estaba dispuesta a soportar su situación, porque no veían una salida, y todo el poder les inspiraba que esa vida siempre ha sido, es y será.
Ahora la mayoría absoluta de las personas comprende que por el hecho mismo de nacer tienen derecho a un trato humano y al menos a un mínimo decente de prestaciones sociales. Y muchas personas comprenden que con el desarrollo actual de las fuerzas productivas y los recursos disponibles, ya se podría proporcionar una vida completamente digna a absolutamente todos.
Y si antes para muchos la pobreza era objetiva, porque las fuerzas productivas no podían satisfacer las necesidades de todos, ahora está claro que hay suficientes beneficios sociales, y el problema está sólo en su injusta distribución.
Y esta contradicción no hará más que crecer. Es simplemente imposible resolverlo por medios militar-policiales, es decir, crear una especie de fascismo tecnotrónico; después de un tiempo, tal sistema simplemente será destrozado por las razones descritas anteriormente.
De modo, que hay personas simbólicas en nuestro mundo. Sus ideas superaron a las de sus creadores e influyeron en la cosmovisión de la humanidad. No se sabe si estas personas fueron perfectas durante su vida. Pero la memoria humana los hizo así. Entre la gente de los símbolos: Ernesto Che Guevara, un joven idealista revolucionario, símbolo de rebelión y lucha. Buda es un símbolo de humildad, abnegación y ascetismo. Cristo es un símbolo de amor y abnegación. Y Lenin es un símbolo de justicia, para la humanidad, aunque no lo quieran reconocer los halcones del capitalismo neoliberal, Eso es Así, y no hay retroceso.
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