Dominicana Barbina Almengó (Patricia) emprende en Alemania
Patricia como se le conoce, es una mujer dinámica, solidaria y altruista, estos últimos elementos le han llevado a dar cobijo y alimentos a casi media docena de niños desprotegidos, un compromiso humano y social que, según ella, le hace muy feliz.
Motivada por su entorno, decidió aprender inglés y alemán, este último de forma fluida. Sus cualidades de emprendedurismo, le permitieron formarse en el área de la cosmetología, obteniendo el título de WELLNESSTHERAPEUTIN UND KOSMETIKERIN para luego crear su empresa M B M. MASSAGE Y KOSMETIKERIN.
De niña siempre fue inquieta, directa y clara. Hacía notar de forma explícita todas aquellas acciones y realidades con las que no estaba de acuerdo. Nunca tuvo temor a disentir. Su carácter y pensamiento se forjaron en total libertad.
Sus fuertes y conservadores valores cristianos, infundidos en el hogar, no fueron obstáculos para la realización de sus sueños. Luego de una vasta formación escolar y universitaria, decidió casarse, servir de instrumento para dar vida y construir una familia. Su matrimonio con el señor Aridio Collado, duró menos de una década, teniendo que enfrentar la dolorosa situación del divorcio y aferrarse a las responsabilidades de sus hijos.
Concomitantemente a todo ello, trabajó en diversas empresas, amparada en sus firmes convicciones del deber, la disciplina y la ética. A pesar de que no llegó a concluir su carrera de abogacía, siempre ha tenido un alto sentido de justicia, dignidad y honor, Barbina (Patricia) Almengó Francisco preocupada siempre por la defensa de los depauperados y desvalidos, los que menos pueden. Pero sus objetivos iban más allá, pronto entendió que su país no le ofrecía las oportunidades de progreso y desarrollo a las que aspiraba, por lo que decidió irse a vivir a la gran ciudad de Berlin- Alemania, junto a sus hijos, aún muy pequeños, Ari Roberto y Cleyris Roberkys Collado Almengó. En Europa inicia una nueva vida sentimental, de la mano de Michael Herbert Steinbach con quien procrea a su hija menor Michael Steinbach.
Patricia, como le nombran los más cercanos, es de espíritu libre, de una personalidad fuerte y agradable, de trato suave, atento y delicado, con un gran sentido del humor que provoca carcajadas a granel, haciéndola más accesible y empática. Amante de la biología y la naturaleza en todo su esplendor. Se deleita escuchando música romántica, el sonido del río, el galopar de un caballo, el ruido de las aves, sobre todo, la belleza e intrepidez del cisne, la suave brisa que acaricia el bambú, la salida del sol y la correcta armonía del universo. Todo esto, le hace sentir respeto y creer en algo sobrenatural que algunos llaman Dios. Se confiesa una fiel admiradora de su fallecido padre, por su temperamento elegante, dulce, tranquilo y silencioso. “Mi Papá era un hombre exquisito. Irradiaba paz, amor, luz y alegría.”
Vida Empresarial
Como empresaria, ofrece un servicio óptimo, de reconocimiento Estatal y social, que ha logrado alcanzar hasta 5 estrellas. El trabajo es una de sus pasiones. Confiesa que, cada ocasión que puede mejorar la salud, estética y la vida de sus pacientes, le embarga un gran sentimiento de felicidad. Nací para servir, asegura. Alemania es mi segunda patria y amo este país. Me siento muy agradecida con Yahveh y con el universo por permitirme estar donde estoy.
Nos cuenta que un buen día, buscando el calor latino, decidió solicitar trabajo en una discoteca de nombre TÚ CANDELA. Allí conocí gente maravillosa que me ayudaron a transformar mi vida para poder llegar a ser el ser humano que soy. En Alemania encontré, libertad financiera, respeto, oportunidades para crecer en término familiar, empresarial y, sobre todo, en seguridad y justicia social.
Barbina (Patricia) Almengó Francisco
Nació en un hogar privilegiado, un 5 de junio del 1973, en una fría y exquisita zona rural de Gaspar Hernández, al norte de la República Dominicana. Hija del señor Leonidas Almengó y la señora Anasaria Francisco, ambos comerciantes y de una profunda fe católica. Patricia ocupa el séptimo lugar de una familia de 9 hermanos. Tuvo una infancia llena de sueños, entre quehaceres domésticos y estudios, propios de su realidad infantil.
En República Dominicana son muy frecuentes los apodos o sobrenombres. A Barbina siempre le llamaban “Patricia”, mote cariñoso que acuñaban sus progenitores y familiares más cercanos. En la medida que fue creciendo, ese apelativo pasó a formar parte de su nombradía, de su realidad, al punto que algunas personas la llaman por su nombre de pila, otros recurren al cariñoso seudónimo de –Patricia–, como le decían en sus años de infancia.
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