La gran deuda del Estado dominicano con La Isabela histórica.

Han pasado 530 años desde que, el 5 de diciembre de 1493, durante su segundo viaje a América, los europeos llegaron a lo que sería el centro de expansión colonial de todo el continente americano, o Nuevo Mundo como lo llamaron.

Hoy conocida como La Isabela Histórica, en la parte noroeste de la provincia de Puerto Plata, yacen los restos de lo que podría ser el principal centro de turismo cultural del país.

Aunque se observa una idea de proceso de recuperación, los trabajos lentos muestran la falta de interés de las autoridades por darle un impulso económico a una zona que, con solo existir, se convertiría en el mayor atractivo de la República Dominicana.

Ningún destino turístico es tan completo como Puerto Plata: playa, río, montaña y cultura lo convierten en el destino más completo, pero por muchos años ha sido abandonado a su suerte, sin planificación y sin la promoción nacional e internacional que levantaría no solo a la «Novia del Atlántico», sino a toda la Costa Norte desde Samaná hasta Monte Cristi.  

Algunos elementos importantes que, sin duda alguna, harían de La Isabela, Puerto Plata, el más atractivo de los destinos turísticos dominicanos son:  

1-El lugar se encuentra en la desembocadura del moribundo río Bajabonico, ecosistema que debería ser parte de un proceso de protección ambiental y cultural por su importancia histórica.

2-En esa zona se debería simular la llegada de los colonizadores a la isla, construyendo embarcaciones que simulen la que en 1493 transportó a los europeos. Esta sería una experiencia inolvidable y se convertiría en una mina de turistas europeos, sobre todo españoles, para conocer la historia más importante del imperio español.

3-Por su cercanía con las playas, la Ensenada y Punta Rusia, tiene el complemento para ofrecer los mejores atractivos a turistas nacionales e internacionales.  

No deja de ser cierto que la explotación criminal de los europeos significó la extinción de nuestra raza aborigen en su estado puro. Sin embargo, esa es la historia que hoy tenemos y es evidente que está subutilizada. Por eso, durante tanto tiempo, una zona de tanta riqueza cultural y natural ha sido olvidada por todos nuestros gobiernos y, en algunos casos, ultrajada, como cuando en el régimen de Trujillo fue sometida a un proceso de demolición cuyas intenciones no están claras, pero lo que queda claro es el abandono al que durante siglos ha sido sometida.