LA MARCHA VERDE, Y SU LEMA EL FIN DE LA IMPUNIDAD, CON PATROCINIO E INJERENCIA DE EEUU EN LA REGIÓN.
Por Henry Polanco
El término marcha verde es específico del pueblo árabe en Marrueco, fue la invasión marroquí de la entonces provincia española del Sahara, iniciada el 6 de noviembre de 1975, una vez que se aprobará los reconocimiento de territorios ocupados por gobiernos extranjeros, y que no eran tratados como parte integra de las potencias colonialistas.
En esa época el gobierno español se disponía a abandonar el territorio como parte de la descolonización de África, dónde tanto Inglaterra y Francia, como Portugal, se disponia ya hacer lo mismo con territorios ocupados y explotados por los colonialistas y la recomposicion de la nueva ola capitalista después de la segunda Guerra mundial.
Sin embargo después de diversas acciones y la consecución ingerencistas de Estados Unidos la victoria del Chavismo en Venezuela y la demanda de soberanía sobre los recursos naturales que durante décadas fueron expoliados por las transaccionales extranjeras que representan los intereses hegemonico mundial, obligaron a Estados Unidos a recurrir a su aliadas oligarquía para volver a controlar su crecimiento económico y financiero, y mantener su espacio de injerencia en la región.
Es así, como surgen los golpes blando contra gobiernos regionales como Paraguay y Honduras y se generan los aparatos mediáticos e informáticos, laboratorios de información falsas o Fakes news, para arreciar una campaña contra el gobierno del PT en Brasil dirigido por Dilma Rousseff y su líder Lula Da Silva, en el 2015, también el saboteo contra otros gobiernos de la región, pero sobre todo dirigido a debilitar la influencia del Chavismo en la región.
Con éste objetivo bien marcado, en diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos hizo pública una serie de documentos que dan cuenta de las confesiones hechas por funcionarios de la empresa brasileña Norberto Odebrecht. En los documentos, estos admiten haber pagado 788 millones de dólares en sobornos en países de América Latina y África, hay que señalar que Brasil venia de celebrar tanto el mundial de Fútbol como el mundial olímpicos, y de ser un país endeudado a un país acreedor en el FMI, desplazando inclusive a Inglaterra.
Además de la documentación publicada, los montos pagados en concepto de sobornos a funcionarios de la región, y donde son señalados políticos dominicanos en el periodo comprendido entre los años 2001 y 2014 con una que asendio aproximadamente a 92 millones de dólares, pero dónde, los señalados involucraban a los partido principales del sistema político dominicanos, pero no señalaron a todos los empresarios participantes, sino al representante de Odebrech en el país.
Tras la victoria de Danilo Medina con 62% de los votos en las elecciones de 2016, la cual significó una debacle para la oposición y las organizaciones sociales, que no pudieron ponerse de acuerdo para concretar una propuesta electoral conjunta, decidieron unificarse en cuanto a la denuncia hecha por el departamento de Estado, y es así como surge, Marcha Verde viene a constituirse en un respiro para el denominado nuevo movimiento social dominicano que vio sus deseos tronchados en el pasado proceso electoral, donde el candidato de la oposición, salió derrotado, un dolor de cabeza para el oficialismo y una oportunidad para los partidos de oposición, siempre y cuando lograron incluir en su quehacer político las demandas que surgia de este espacio, que nunca tuvo cabeza propia, y que las figuras principales eran escogida dentro de los que tenían mayor presencia mediática, y dirigentes de la oposición con ciertos arraigo, donde los candidatos participante en el proceso del 2016, llegaron a ser portavoces, conjuntamente con sectores políticos mediáticos.
Así que el 22 de enero de 2017 se realizó en Santo Domingo la Marcha por el Fin de la Impunidad, que concitó el apoyo de miles de personas de diversos estratos sociales que demandaron se llevara a la Justicia a todos los implicados en escándalos de corrupción, con énfasis en el caso Odebrecht, no incluía el historial de corrupción de gobiernos pasados, sino del gobierno presente, con escandalosos proceso pendiente.
La actividad fue tan contundente que las organizaciones convocantes decidieron constituirse en la denominada Marcha Verde, que se convirtió en un refugio de mansos y cimarrones que luchaban por pescar en río revuelto para desplazar del Gobierno al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Muchos soñaron que ese espacio se convertiría en una opción diferente a los partidos tradicionales, incluido al hoy gobernante, que era el principal opositor.
Y como el refranero popular no se equivoca, quien tuvo más saliva y tragó más hojaldras fue el PRM, que capitalizó en las elecciones el descontento popular; pero cuando llegó al poder captó una buena parte de la sociedad civil al tren gubernamental y sacó los pies y las manos de Marcha Verde.
Hay quienes insisten en seguir reviviendo ese muerto con actividades con una pírrica participación, sin darse cuenta de que ya la Marcha Verde cumplió su meta y, como todo fruto, se maduró, desde el mismo momento en que el sector empresarial decidió no seguir respaldando las manifestaciones, se pudo percibir un drástico descenso de la desaparecida Marcha verde y no es que el pueblo dominicano no quiere movilizarse contra la impunidad de la corrupción, es que un corrupto no puede juzgar a otro Corrupto, es que el sistema político dominante descansa en un fardo de corrupción y doble moral, lleno de hopocresia, que suele confundir hasta a los más nobles anhelos de un sufrido país, como es la República Dominicana.
El movimiento social denominado Marcha Verde, se ahogo en su propia salsa, sólo fue una herramienta más del sistema Nacional e internacional para apuntalar más los intereses norteamericano en la región del caribe y desbancar del poder al altanerismo peledeista que ya no tenia nada que ofrecer al modelo neoliberal en decadencia.
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