El clientelismo como función, al galope en República Dominicana 
Por Henry Polanco
Los expertos sociales han estudiado los orígenes, las causas y las consecuencias del clientelismo sin conseguir respuesta real a cómo disminuir sus efectos y presencia en países donde operan estructuras verticales con poder autocrático, lo cual han dejado de lado, algunos aspectos, ya que sólo a los pobres son considerados como participantes de lo clientelar, lo cual es mucho más amplio, y va más allá, pues en ésa práctica también participa la clase media y riquitos dé los denominados Popis.
En lo que el Poder Ejecutivo subyuga a los otros poderes del Estado: el legislativo y el judicial. Y también a diversas instituciones denominada autónoma, diseñadas exclusivamente para esos grupos dé poder detrás del trono.
Al respecto, puede verse rápidamente que en lo regímenes parlamentarios hay una real reducción de la practicas clientelares, porque existe un control fiscalizador del Legislativo sobre las acciones del Ejecutivo, lo que hace efectiva la división de poderes que, en la práctica, es un requisito básico que Montesquieu asigna para construir una verdadera república ciudadana, o democracia.
En la República Dominicana el clientelismo político, en las últimas décadas, se ha convertido en una práctica galopante, cotidiana y normal, Impulsada por la denominada clase gobernante, o clase de los privilegiados, la que Corroe y socava el sistema democrático, social y dé derechos, penetrando los más importantes estamentos del Estado, ya ni siquiera sé disimula, vasta con observar cada proceso electoral, hasta dé un Gremio, de profesionales, dónde el fenómeno corre cómo un potro de carrera.
Con ello. Se desvirtúa la misión, Visión, de servicios y de interés público de las instituciones, Infringiendo los aspectos técnicos de gestión, pues, se convierten en reservorios clientelares, dónde se hace la frase de pagar Lealtad, por Lealtad.
El clientelismo político es una actividad propia de políticos inescrupulosos, no tiene ideologías, programas o agendas sociales. Como practica apartada del derecho y la moral social está indisolublemente ligada a la corrupción tanto en el quehacer político, institucional como en el social, por tanto en nuestro país, no es la pobreza la participante del clientelismo, sinó, que la misma es práctica, de profesionales, y docentes, hasta Universitarios, que se desguellan, las plantas de los pies,en práctica clientelares y dadivosas que, promueven el tráfico de influencias, cómo matriz de conducción personal.
Este clientelismo como fenómeno político, social y económico se aprovecha de las necesidades humana reduciendo al individuo a un nivel nefasto de su dignidad, donde se sacrifica su carácter profesional e intelectual para compartir fines que muchas veces no encuentran su consenso.
Lastimosamente, dichas determinaciones llevan a conclusiones erradas cuyas consecuencias son mortales para su propio desarrollo en sociedad, y dél entorno de desarrollo personal.
El clientelismo se ve inmerso dentro de las formas de vidas tradicionales, generando falsos prospectos de un sistema político y económico adecuado, pues este, con falacias, ha intentado acaparar las necesidades de los ciudadanos generando una naturalización de la corrupción, situación que reduce día a día el desarrollo político, social y econó hamico del hombre en la sociedad Dominicana, CAMBIO Y FUERA.
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