A la Hidroeléctrica de “Las Placetas”
Por Ramón de Luna
Santiago.-Los habitantes de ese paradisíaco lugar que está encaramado allá, en lo alto de la Cordillera “Central”, los lugareños viven momentos de preocupación por los planes que tiene en agenda el gobierno central de construir una represa cuyas aguas inundarían sitios históricos y turísticos que tradicionalmente generación tras generación se ha solazado en ellos.
Me permito tras polar en este comentario algo parecido que ocurre en las montañas del norte de Guatemala, donde conviven la riqueza y la pobreza, donde abundan las regiones más ricas en recursos naturales y los habitantes que allí sobreviven de la cultura de los mayas protagonizan una lucha tenaz en defensa de la tierra y el agua, algo que consideran sagrados. Un profesor maya es uno de los líderes de la que consideran las últimas batallas contra los grandes proyectos privados que ya se han instalado para aprovechar el agua de los ríos.
Ese aborigen maya fue encarcelado tras infundadas acusaciones de robar propiedades y la retención de unos obreros, por lo que ha sido llevado a la justicia del país centroamericano. Todo ha sido porque el movimiento que dirige logró la suspensión de los trabajos de un proyecto hidroeléctrico que allí se piensa instalar.
Una lucha parecida es la emprendida por los lugareños de Las Placetas, que si bien no han sido agredidos, están temerosos de perder los sitios de veraneos para turistas, los bañaderos y gran parte de la foresta integrada por miles y miles de árboles de pino, bosques lujuriosos e intensamente verdes,
El gobierno dominicano debiera escuchar los testimonios de la gente de Las Placetas; escucharlos con atención, sopesar sus argumentos. Sabemos de la importancia de una hidroeléctrica, pues significa energía limpia Y Utilización de aguas que actúa mente se pierden en el mar.
Es posible encontrar un lugar río abajo para la referida hidroeléctrica, cuyas aguas no inunden ninguna población campesina, ni afecten lugares para el aprovechamiento turístico. Estamos seguros que existen y que se tendrá en cuenta los argumentos esgrimidos por una comunidad serrana, de gente alegre, divertida y trabajadora, que temen ver parte de sus raíces sumergidas para siempre.
Escúchenla, señores del gobierno. Sabemos que el señor presidente Luis Abinader, está permanentemente escuchando los latidos de su pueblo.
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