El piso está mojado y podemos resbalar. Las calles están repletas de hoyos con gigantes bocas que nos tragan y nos mandan a lo más profundo de un abismo emocional. El piso nos genera inestabilidad y se nos puede fragmentar la parte más sensible y la más neurálgica, ¡la libertad!
El piso, la República Dominicana, está colmada de “sabios” que no permiten que la superficie se seque, prefieren crear inestabilidad en todos los ambientes y en los tejidos de la sociedad; y así, ellos salir sin machas y sin arrugas. Debemos tener cuidado, podemos resbalar, podemos caer en un sueño social que nos lleve a un colapso de identidad cultural y a un quiebre incalculable. Debemos despertar de ese sueño construido con mentiras y tradiciones que solo nos han llevado por generaciones a la pobreza.
Debemos saltar hacia lo seco, hacia lo seguro. Tenemos que iniciar una construcción que nos brinde más seguridad. Hay que terminar con la idea de un partidismo como plataforma central, es que acaso no nos hemos dado cuenta que el exceso de seguir un partido por encima de una agenda nacional solo ha creado muerte, pobreza, inestabilidad y división. Es tiempo que despertemos y dejemos de caminar en pisos mojados; si lo hacemos, nos daremos cuenta que los partidos convencionales operan como franquicias, como empresas privadas que solo buscan generar beneficios personales y no colectivos.
Cuando vivimos en una nación que nos hace resbalar, entonces, debemos crear mecanismos de defensa para contrarrestar esa realidad impuesta. Debemos articular el poder de la unidad, debemos identificar aquellos hombres y mujeres que están dispuestos a ofrecer un aporte desde su plataforma donde ellos operan, y desde nuestra plataforma frenar a esos sectores omnívoros que destruyen la esperanza del pueblo dominicano.
Hemos caído en un fanatismo político que no nos ha permitido caminar de forma segura, ¡lo grande es!, que creemos que ese comportamiento es normal. Es tiempo que dejemos de marchar detrás de las estructuras partidistas que nos han generado dolor y vergüenza. Dejemos de caminar en pisos mojados.
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