Desde el golpe de Estado a Dilma, hasta el narcisita de Bolsonaro y lo que ha pasado en Brasil.
Por Henry Polanco
En el curso de tan pocos años el país del fútbol y el carnaval, de Amazonía, dé los grandes recursos naturales, ha mutado en una escena amarga, morbosa y mortuoria, sin precedentes en la historia de la vida política de ese inmenso país.
Un tiempo que ha corrido con una prisa extrema para acabar en un circo macabro liderado por un payaso perverso, auspiciado por los medios de comunicación que no hayan cómo esconder sus vergüenza y sus alevosos escarnio público.
Qué cerca está todavía aquel Lula da Silva en el inicio del siglo XXI de estos momentos sin carnaval, ni fiesta, ni fútbol, cómo volver a aquél que pensó en un Brasil grande, Solidario de América Latina, y en potencial para la integración de la patria grande Latinoaméricana.
Hoy Brasil reducido a su peor expresión, exprimido de su fuerza social por hacendados subordinados a los intereses del gran capital, un país de lo inmenso a lo ridículo, ni un Neron ni un Calígula se atrevieron a tanto.
El lucro por delante y la religión como vertiente política fundamentalista pero especialmente irracional. Apocalípticos y terraplanistas, cultores de la muerte y nostálgicos de la dictadura, racistas y negacionistas en una deriva que llena de terror.
La historia trágica de Latinoamérica puede decantar en una peor versión amazónica, que la que está viviendo el gigante dé Suramérica.
Es esa derecha con sus Medios de comunicación que halla en la crisis económica la brecha para capturar al gobierno de Dilma, y el Partido de los Trabajadores PT, y convertirlos en el feroz pandemonio del comunismo, alegando, con el escarnio de la negación irracional del Ser humano.
Una fractura que se extiende a través de todas las operaciones políticas judiciales, Lava Jato, Petrobras, Odebrecht y otros, hasta llegar al desmantelamiento no solo del programa social e inclusivo sino de la misma democracia.
Todos los indicios existentes permiten sostener que el golpe venía siendo urdido desde el mismo día en que Dilma Rousseff venció en las elecciones del 2014.
Y una vez consumado el golpe los demonios políticos ya están desatados, y cómo esas políticas de ciencias ficción, no había poder sobre la tierra qué las sagradas acusaciónes del señor Sergio Moro, cómo instrumento del poder imperial heridos por las iniciativas de los gobiernos Petistas, y con el apadrinasgo de la primera potencia mundial.
Un interregno con Michel Temer, un personaje sin carisma, impopular, para consolidar el desastre. Tal como lo describe, Fernando de la Cuadra, que fortaleció las posiciones más reaccionarias con figuras como Jair Bolsonaro y el auge de pastores evangélicos ultra conservadores que conducen a sus iglesias como rebaños obedientes y acríticos de la realidad. “
Con un discurso simplista y antipolítico estos personajes surgen en momentos de desajuste y se presentan como seres mesiánicos que salvarán a la patria de todas las penurias, contra la impunidad y contra la corrupción selectivas y con el escenario de la prensa amarilla cómo escarnio moral, muy típico dé los tiempos.
No hubo que esperar mucho para que el fascismo hiciera su aparición, El fascismo, o fascismo eterno de Umberto Eco y su apelación a unas clases medias frustradas por la crisis y la pérdida de sus niveles de vida. Unas clases medias que buscan a un chivo expiatorio para descargar su rabia y en su desorientación eligen lo que está a mano.
El fantasma centroeuropeo vuelve al trópico y se encarna en este excapitán racista, negacionista, fundamentalista religioso, nostálgico de la dictadura y las torturas y profundamente anti izquierdista.
Lo que ha venido es el delirio de “un psicópata genocida de presidente”. No ha bastado con incendiar el Amazonas, en su odio patológico ahora deja morir a su pueblo. La pandemia hace estragos en Brasil mientras Bolsonaro se mofa de la OMS y del cuerpo médico.
Con casi 17 millones de casos de Covid-17 y y alrededor 500 mil muertes el país vive un drama político humanitario, que los facista, Racista,en su verborrea anticomunista les deseaban a países vecinos de la tierra de Bolívar, Y como dijo el filósofo italiano Terrencio, «Nada humano me es ajeno», lo ocurrido en Brasil Ecuador Colombia, Chile, es una agenda cercana al Caribe de de República Dominicana.
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