El peligro de actuar sin planificación vs el riesgo de confiar
Por Hilario Ramírez
La aprobación del Estado de Emergencia a 45 días es una decisión infantil porque a falta de planificación científica, legitiman por petulancia obligar al encierro sin aplicar medidas que contribuyan a mermar el contagio de COVID19.
Es más efectivo y garantizador de larga vida infundir el miedo castrense que usar paños tibios en argumentos optativos en espera de obediencia sanitaria.
Las personas modernas sólo responden a la obediencia sintiendo el uso de la fuerza violenta.
Por las buenas se les debe hablar al ciudadano cuando se trata de salvaguardar bienes públicos y privados, pero si se trata de evitar la muerte no se acude a la conciencia sino a la represión que luego se convierte en gratitud.
La ridiculez prima en la conquista de voluntades momentos en que se persigue desatar pasiones; no obstante al tratarse de cobquistar la preservación de vidas el romanticismo de palabras poéticas no funcionan sin antes haber convencido a la posible víctima con el sometimiento a la obediencia.
«La ausencia de la razón consume las fuentes de las palabras» y la razón de vivir se descubre cuando se practica la prudencia.
Una chispa puede causar una explosión tan destructiva que ni los lamentos serán aliento, es por ese motivo que suele aconsejarse no dejar cerillos ni encendedores al alcance de niños.
Con lo antes planteado intento significar en la trampa que las autoridades pueden caer con sus actitudes de niños emitiendo decreto a Toque de queda en un intento de esconder de la muerte a cada individuo criollo y extranjero.
Empero la vida y la muerte andan tan unidas que es imposible enemistarlas.
En la actual pandemia por Coronavirus lo ideal sería aceptar que el desarrollo de esa enfermedad se intensifica tan pronto se ponen en contacto los fluidos y humores corporal carente de higiene.
Esa realidad no cambia matando la economía concomitante a la prisión domiciliaria sin garantía alinentaria.
«Es preferible morir de vejez y no de estupidez»
Las costumbres identifican la personalidad de una raza o grupo étnico, a pesar de que Dios nos pone a pruebas para determinar nuestra capacidad de adaptación al cambio.
Ahora llegó esa prueba en la cual debemos cambiar nuestrro estilo de vida lo mismo que decir nuestras costumbres hacia un distanciamiento físico con cercanía social al tiempo de también tener colocada una mascarilla con facilidades para hablar.
La solución a parar la circulación del virus la conocemos todos: vida física de interacción a distancia permanente al sentarnos y al caminar, a dos metros del prójimo sin fecha de vencimiento a dicho hábito; pues la confianza en pensar ya se ha erradicado la sepa, es lo cual conlleva a retroceder la crisis sanitaria .
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