¡Qué quede claro!
Hay tres frases, en mi opinión, que podrían determinar el destino de la República Dominicana, la primera es fruto de un trabajo académico que se convierte en ideología; la segunda y tercera frases, nacen en los labios del pueblo. Estas tres frases son: Potestad ciudadana, “seguiremos quitando” y “entonces yo creeré”.
Estas tres expresiones se alimentan y afloran en un lugar abstracto y neurálgico, un espacio privado que posee el ser humano, y es la dignidad. Entonces, ahora podemos entender porqué el pueblo está sintiendo frustración y desesperación, debido a una mala administración en el Estado, dirigida por los partidos convencionales; ahora entendemos la razón por la cual las tres frases se han convertido en un grito de esperanza; estas tres frases se fusionan en tres palabras que generan dominio y claridad: ¡Qué quede claro!
El pueblo le ha dado un ultimátum a los políticos licenciosos, recordándoles que deben parar sus acciones perversas y distantes de la justicia y de la equidad.
Nos serviría de alerta desglosar el significado de estas tres sentencias de corte social:
Potestad ciudadana es la capacidad que posee el pueblo para gestionar su propio destino. Potestad ciudadana tiene que ver con la acción de mezclar el poder, el derecho y el deber que posee cada ciudadano para gestionar y forjar su propio destino y dejar claro que los partidos están subordinados a las acciones y ejercicios democráticos que posee el pueblo.
“Seguiremos quitando“ es una expresión popular, chabacana, pero intencionada, que surge de las entrañas del pueblo; es un sentir, es como una ola que arrastra y golpea a distancia las malas acciones. “Seguiremos quitando“ es una sentencia. ¡Qué quede claro!
“Entonces yo creeré”; en países como el nuestro, donde la institucionalidad es muy débil y la corrupción es sistémica, el presidente electo debe enviar señales contundentes, que produzcan una chispa de confianza en el pueblo. El nuevo presidente y su equipo, no deben elegir el camino más fácil, proyectando una imagen de hombres honestos en el Estado, pero en su accionar permiten y coexisten con la cleptocracia, dejando que las acciones delictivas queden impunes, aun sabiendo que todos los sectores del poder están dañados, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político. Otra opción que promueve el pueblo, es crear un corte transversal en los tejidos de la sociedad , que impacte las estructuras del Estado y que imponga un antes y un después en la historia dominicana. ¡Qué quede claro!
¡Qué quede claro!, antes que el presidente electo y todo su gabinete inicien su labor de administrar los bienes de todo el pueblo y del Estado, hay una juventud y todo un sector observando la trayectoria de ellos. El pueblo despertó, una juventud arriesgada e inteligente se puso de pie; estos sectores ya no toleran la corrupción, exigen integridad, equidad y que se haga valer la ley.
¡Qué quede claro!, esa juventud, aunque simpatice por un candidato o por una corriente ideológica, no está amarrada ni subyugada a ninguna estructura política. ¡Qué quede claro!, que el pueblo ya se adueñó de la doctrina de la democracia, la cual es libertad e igualdad. El pueblo ya saboreó el principio de potestad ciudadana. ¡Y le gustó! y ese gusto, no se lo quita nadie. ¡Qué quede claro!
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