Después del 16 de agosto como se aplicará la gobernanza y la gobernabilidad en República Dominicana
Por Henry Polanco
Los dominicanos no hemos acostumbrado durante los últimos 20 años del nuevo siglo XXI, al modelo globalizado de la modernización neoliberal del Estado dominicano, con las aplicaciones de legislaturas y reformas gubernamentales y jurídicas que buscan la visión democrática del nuevo orden político mundial, donde se destacan la gobernabilidad y la gobernanza.
La Gobernabilidad es un término gubernamentalista, en el sentido en que considera al Estado como el agente central de la conducción de la sociedad; así su preocupación se centra en “la capacidad de gobernar del gobierno” contemplando a la sociedad como la entidad a ser gobernada y administrada.
Así, desde la perspectiva de la gobernabilidad, el problema y su solución emana desde las capacidades del gobierno, con cierta independencia de la sociedad. En este concepto, se hace énfasis en la legitimidad y eficacia en el ejercicio de la función pública, sin embargo, precisamente por esta perspectiva en la que el Estado es el principal actor en la conducción social, y por la importancia de estos dos temas (legitimidad y eficacia), este tema puede caer en un lugar entre dos extremos:
Gobernabilidad autoritaria y gobernabilidad democrática.
La gobernabilidad autoritaria es más eficiente ya que no le interesa alcanzar acuerdos entre los actores políticos sino lograr resultados, por otra parte, la gobernabilidad democrática se complica por la participación de otros actores, así en cierta medida es cierto que la democracia es hasta cierto punto ingobernable. Por otra parte, la gobernabilidad democrática, aunque menos eficiente, tiene mayor grado de consenso social y legitimidad, y en tal sentido es un concepto cercano a la gobernanza.
La Gobernanza
Esta parte del reconocimiento de que el gobierno carece de las capacidades suficientes para la resolución de todos los problemas sociales. Su aplicación se da en el marco de la transición del Estado benefactor al Estado Neoliberal, en el que éste se empieza a adelgazar, descentralizar y delegar funciones a la iniciativa privada.
Así, describe una serie de cambios ocurridos desde finales del siglo pasado concernientes a la relación entre sociedad y Estado, en la cual, agentes privados y sociales incrementan su participación en actividades anteriormente en manos del aparato gubernamental.
Partiendo de la premisa de la devolución a la sociedad de tareas y funciones que hasta entonces eran responsabilidad del Estado comienza a existir, desde los gobiernos, cada vez menos reticencia a la participación de las instituciones de la sociedad civil, comenzándose a apreciar en éstas, paulatinamente, capacidades de autogestión y autorregulación, así como recursos importantes (económicos y humanos) para la resolución de problemas
Sin embargo el Estado se sigue considerando un actor imprescindible, pero es un actor más, que pasa de ser regulador a ser regulado, de ser cúspide, a ser un nodo de una red de instituciones; en tal sentido se pretende que sea un ente activo en estrecha relación y articulación con la sociedad, que sea una entidad que ya no sea el gigante Estado benefactor que lo hacía todo ni el Estado ultradelgado solamente administrador de rentas que se pretendía con el neoliberalismo.
Se trata de un nuevo estilo de gobierno distinto del modelo de control jerárquico, y definitivamente muy alejado de un modelo laissez faire, caracterizado por un mayor grado de cooperación, dialogo e interacción, no exento de enfrentamientos, entre el Estado y los actores no estatales dentro de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado.
La gobernanza da cuenta de la multiplicidad de los actores estatales, sociales y privados en la vida pública y el modo en que se articula la acción colectiva y conducción social en el diálogo entre estos actores, en tal sentido se ocupa de cómo se da el juego del poder, así como las relaciones tanto entre gobernantes y gobernados, como entre los distintos sectores de esta falsa dualidad.
Así, la gobernanza se preocupa por cómo estos actores se organizan para tomar decisiones, y en este sentido una serie de factores son importantes: 1) ¿Quién tiene voz en la toma de decisiones?; 2) ¿Cómo se toman estas decisiones?; y 3) Contabilidad de rendiciones de cuentas y transparencia.
En este reconocimiento de la pluralidad de intereses y de visiones tanto entre miembros de la sociedad civil y sector público como entre distintas instancias del Estado, también debe superarse la noción de un Estado monolítico con una sola agenda coherente.
Así, se parte de la realidad de que el Estado está formado por distintos sectores muchas veces con agendas contradictorias, por ejemplo, la agenda productivista de los Ministerios o Secretarías de Agricultura y la agenda conservacionista de los Ministerios o Secretarías de Medio Ambiente suelen coincidir y enfrentarse en los mismos territorios creando confusión en la población local.
Lo mismo es verdad para los distintos sectores de la sociedad, donde evidentemente existen intereses y agendas contradictorias y enfrentadas. Así, la gobernanza es un modelo que aspira a un mayor diálogo y negociación en el ejercicio de gobierno, en el cual gobernados y gobernantes establecen una relación de horizontalidad.
Ésta requiere tanto mayores espacios y voluntad de parte del Estado, como participación, involucramiento y ejercicio de ciudadanía efectiva de parte de la sociedad. En última instancia, aunque conlleva cierto grado de desgaste en el ejercicio de un espíritu asambleísta y de toma de decisiones participativas, tiene como resultado políticas públicas consensuadas y con un grado superior de legitimidad.
La República Dominicana ha consumado al pie de las letras con los parámetros de las propuestas políticas neoliberales desde 1996 y no hay perspectivas de cambio en ese aspecto.
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