SECUELAS PSICOLÓGICAS DEL CONFINAMIENTO: ¿QUÉ HACER?
Por José L. Tavárez Henríquez
El covid-19, virus que hasta el momento en que escribimos ha infectado a 3.7 millones de humanos y provocado la muerte a unos 260 mil, ha forzado al confinamiento como forma de evitar el contagio. Esta estrategia sin embargo tiene implicaciones psicológicas que vale la pena ponderar con la finalidad de adoptar medidas que contribuyan a mejorar la salud mental de las personas afectadas por el encierro y otras implicaciones de la enfermedad viral.
Los expertos coinciden en resaltar que, no solo puede producirse un agravamiento de trastornos mentales preexistentes, sino que, además, existe la posibilidad de que más personas se enfermen e incluso se habla ya de nuevas entidades psicopatológicas que entrarían en escena a partir de esta experiencia traumática de alcance universal. Veamos algunos detalles de cómo podrían presentarse las cosas:
1. LOS TRASTORNOS DEL ÁNIMO (DEPRESIÓN Y MANÍA): Se estima que la depresión, y en menor medida la manía, encuentran terreno fértil en las condiciones creadas por el encierro prolongado, el bombardeo de noticias catastróficas, las limitaciones para expresar los afectos y las pérdidas humanas y materiales. En ese sentido debemos estar preparados para ver más episodios de los que suelen acompañar al estrés postraumático:
• Depresión, insomnio, ansiedad.
• Síntomas intrusivos, como recuerdos angustiantes asociados a la pandemia.
• Sueños perturbadores o pesadillas.
• Angustia emocional que puede provocar reacciones físicas a las cosas que recuerdan el suceso traumático.
• Sobre alerta y angustia torácica acompañada de ansiedad. Esta sensación se desencadena por la percepción de un peligro externo que se percibe como real.
• Estados de inquietud y agitación psicomotora, más comunes en trastornos maníacos.
2. OTROS TRASTORNOS MENTALES QUE PODRÍAN POTENCIARSE:
• Trastornos obsesivos-compulsivos, en los que pueden aparecer los actos ritualistas, como el excesivo lavado de manos, obsesión por la higiene, etc.
• Trastornos alimentarios: Bulimia/anorexia, en muchos casos como consecuencia de cuadros ansiosos que persistan.
• Ataques de pánico e ideaciones suicidas.
• Aumento de las fobias, especialmente la antropofobia (miedo excesivo a las personas), agorafobia a los espacios abiertos y a las multitudes). Se prevé que muchas personas padezcan de un miedo excesivo a ser contagiado, una fobia específica vinculada al covid-19.
• Conductas hipocondríacas, caracterizadas por una preocupación obsesiva por la propia salud y por una tendencia a exagerar los sufrimientos, que pueden ser reales o imaginarios. Si observamos el último dato suministrado por el MSP (Boletín 48), de 35,340 muestras procesadas, solo 8,807 (25%) han resultado positivas. Esto podría indicar, entre otras cosas, que hay personas que se creen contagiadas cuando no lo están.
3. ENFERMOS MENTALES DESCOMPENSADOS O DESCUIDADOS: Un detalle asociado a la pandemia que hoy discuten los expertos de la salud mental es el hecho de que, colapsados los sistemas de salud en muchos países, se haya descuidado la atención a las personas con trastornos mentales. Esto tendría como consecuencia inmediata un agravamiento de su condición que requerirá un mayor esfuerzo de los estados y los profesionales del área para recuperar el terreno perdido.
4. LOS PROFESIONALES DEL SISTEMA SANITARIO: Muy atareados conteniendo el virus, atendiendo enfermos y trabajando en la prevención del contagio, pocos han pensado en como esa dura faena está impactando a los trabajadores de la salud. Es previsible que entre estos hombres y mujeres consagrados a salvar vidas, pero a quienes la tragedia les acompaña en el día a día, sean impactados en su propia salud mental, como ya muchos lo han sido en el aspecto físico, con cientos de pérdidas humanas, algunas por suicidio. Ya en algunos países existen centros que aplican diversas formas de terapia para servidores de salud, pero quedará mucho más por hacer.
5. ¿PRODUCE EN COVID-19 ALGÚN DAÑO NEUROLÓGICO U ORGÁNICO QUE IMPACTE LA SALUD MENTAL? Aunque es temprano para poder afirmarlo categóricamente, no se descarta que este patógeno pueda dejar secuelas orgánicas con repercusiones negativas en la salud mental de las personas que lo padecen. Ahora se plantea como hipótesis probable, los resultados arrojarán más luces sobre esta cuestión.
6. CONDICIONES GENERALES CON EFECTOS DESFAVORABLES A LA SALUD MENTAL: Es un hecho incontrovertible que al pasar balance de las cuantiosas pérdidas de vidas humanas, millones de personas tendrán parientes, amigos y relacionados desaparecidos, a veces hasta sin poder despedirles en el viaje postrero. A partir de esta traumática experiencia vendrán las reacciones de duelo, muchas de las cuales podrían echar raíces más profundas y convertirse en depresiones que requerirán de atención psicoterapéutica e incluso farmacológica. Es previsible además que se hayan producido daños materiales, patrimonios perdidos, proyectos abortados. De aquí, como el caso de las pérdidas humanas, surgirán otras formas de duelo, desaliento y cuadros depresivos, brotes psicóticos y otros daños a la salud mental que demandarán atención.
¿QUÉ HACER? ALGUNAS RECOMENDACIONES
Frente a este panorama conviene que nos preparemos para realizar más estudios del impacto de esta experiencia, a partir de los cuales pudiéramos orientarnos con mayor objetividad y responder de manera efectiva a los nuevos requerimientos de salud mental. Por igual se debe favorecer la intervención temprana para evitar que los casos actuales se hagan crónicos.
Es obvio que hará falta más apoyo a la salud mental por parte de salud pública. Esto servirá para el desarrollo de programas ajustados a la creciente demanda de servicios de atención, mitigación y prevención. Este trabajo no se debe limitar a los individuos, de alcanzar también a las organizaciones, las empresas e instituciones públicas y privadas.
Necesitamos aprender a vivir en un mundo que ya no será el mismo. Así como los ataques del 9/11 en New York cambiaron el mundo en muchos aspectos, el covid-19 ha trastornado todo, con el agravante de que el daño ha sido mucho más extenso. Por suerte la resiliencia es una cualidad intrínseca del ser humano, sobreviviremos y a la larga habremos aprendido una lección que nos hará más fuertes.
Deja un comentario