PREPOTENCIA, MODELO POLÍTICO Y POLÍTICA NEOLIBERAL EN EL COVID-19
Por Henry Polanco
El filósofo italiano Terencio el esclavo africano:
«Hombre soy, nada humano me es ajeno»).
Lo escribe en su comedia ‘Heautontimorumenos’ (‘El enemigo de sí mismo’) en el año 165 AC. El diccionario de la Real Academia de la Lengua ofrece varios significados relativos al vocablo ‘humanida, o Humanidad Publio Terencio después de adquirir la libertad, y salir de la esclavitud se convirtió en unos de los mejores dramaturgos de Roma, la gran Roma, imperial y en ellas dejó una frase que lo catapultó cómo un filósofo de la humanidad, al superar la los intelectuales de la filosofía platónica, e idealista, que han menospreciado al ser humano durante siglos, para destacar las grandeza y vanidades del mundo moderno e injusto, por su modelo político económico y cultural.
Los sucesos sobre la luchas contra la pandemia en Estados Unidos y Europa es una tragedia de marca mayor. Nunca esas potencias habían enfrentado en su propio suelo una crisis como la que ha provocado la actual pandemia de la COVID-19; todo un desafío global.
Lamentablemente, le ha sucedido en los tiempos de Donald Trump, y el auge supremacistas de fuerzas políticas de la derecha ultraconservadoras en Europa, Más de 4 mil muertes en un día, más de 38 mil en Estado Unidos y más de 157, mil acumuladas en el mundo, por esta enfermedad viral, muestran la magnitud del episodio.
Nueva York vive tacual Torre de Babel estremecida; Madrid, y la Luisiana parece ahogada entre índices de pobreza y grados de incertidumbre en Londres y París, Berlín y hasta Moscú que hacen multiplicar los efectos de la epidemia, en países como Francia y Reinos Unidos tiran la toalla.
Es el resultado doloroso de un sistema que privilegia el lucro sobre la vida, la medicina privada asistencialista bien lucrativa por sobre la salud pública comunitaria y preventiva. Es la fotografía instantánea de países, que tratan maquillar,al artistas con millones de personas excluidas del acceso a los servicios de salud.
Pero en EEUU, es, sobre todo, el reflejo de la afiebratizacion de un mandatario afiebrado, prepotente, autosuficiente hasta la ignorancia, cambiante como la veleta al viento.Trump minimizó el peligro que esta enfermedad planteaba a su país y el mundo, cómo el mejor preparado para enfrentar la pandemia, y se burlaba de países como China, y la arrogancia de poder sancionar a las demás naciones como si fuera un mercado persa.
Perdió semanas valiosas para preparar a su nación mientras seguía entre juegos de golf y andanadas de tuits. Cambió una y otra vez de posiciones y pronunciamientos a lo largo de semanas, y lejos de unificar esfuerzos se dedicó a lanzar dardos contra el Partido Demócrata y varios Gobernadores.
Aunque la tragedia continúa sigue con campaña y contradiciendo a los gobiernos locales, la tragedia le estalló en pleno rostro, buscó desesperadamente culpables fuera de sus fronteras. Primero intentó apuntar a China como la causa de lo que ocurría en Estados Unidos.
Pero del otro lado del Pacífico recibió contundente respuesta, a las vez que la mano generosa de una potencia que ha sabido enfrentar con más éxito el desafío, realiza sus actividades en medio de la pandemia con los gobiernos que desean hacer frente real a su saturación, no importa ideología, importante es la vida del ser humano, para salvar mi propia vida.
Hay que recordar que mientras el pueblo y las autoridades chinas batallaban con energías contra la amenazante expansión del coronavirus, sin recibir la mínima ayuda estadounidense, el Secretario de Comercio de Estados Unidos , Wilbur Ross, ponderó que la epidemia podría crear empleos en su país. Ross dijo que el virus es «muy desafortunado» pero es también un «factor de riesgo» que los negocios consideran para operar o no en China.
«Entonces creo que ayudará a acelerar el retorno de empleos a América del Norte, algunos a Estados Unidos y probablemente a México también», dijo fría y calculadoramente el alto funcionario estadounidense al canal de noticias Fox Business. The New York Times señala también que Trump y su principal asesor comercial, Peter Navarro, han aprovechado la pandemia como una oportunidad para redoblar esfuerzos con el fin de obligar a las compañías multinacionales a irse de China y mudar su producción a Estados Unidos.
Navarro también ha propuesto reglas que obligarían a los proveedores de servicios médicos en Estados Unidos a comprar equipos de protección y medicamentos de suministradores estadounidenses. Más ello se enfrenta a la falta de capacidad de producción de esas empresas. Ahora, enfurecido por las críticas que ha recibido su respuesta a la emergencia, Trump ha enfilado los cañones contra la Organización Mundial de la Salud.
El inquilino de la Casa Blanca ha dicho que «si la OMS hubiera hecho bien su trabajo para que expertos médicos ingresaran a China para evaluar objetivamente la situación en el terreno y denunciar la falta de transparencia de China, el brote podría haberse contenido con muy pocas muertes».
«Esto habría salvado miles de vidas y evitado el daño económico mundial», añadió Trump como justificación al insólito anuncio de que congelaba la entrega de los aportes de Estados Unidos a la OMS, más aún manifiesta de manera burlona que su gobierno utilizaría mejor los 580 millones de donación, que le aportaria Estado Unidos, que la OMS.
Hace dos meses, cuando según Trump se trataba de sólo «una gripe», el mandatario estadounidense sostuvo una «larga y muy buena conversación telefónica» con su homólogo chino Xi Jinping, de quien alabó su «liderazgo» en la lucha contra la epidemia y auguró que «será una operación muy exitosa».
Como han señalado líderes y analistas, resulta cínico, políticamente interesado y poco racional que, en medio de la pandemia, el presidente estadounidense decida cortar los fondos a la organización que lidera la coordinación en esta batalla internacional. «La OMS es absolutamente fundamental para los esfuerzos del mundo por ganar la guerra contra la COVID-19», ha señalado el Secretario General de la ONU.
La Asociación Médica de los Estados Unidos afirmó por su parte: «Combatir una pandemia requiere de cooperación internacional y dependencia de la ciencia y los datos. Recortar fondos para la OMS, en lugar de centrarse en soluciones es un movimiento peligroso en un momento precario del mundo».
Donald Trump no alcanza ver más allá de su enfermedad reeleccionista, y su patología personal.
Actúa no como líder de la mayor potencia económica, científica y tecnológica, sino como el guapetón de barrio que golpea, amenaza y sanciona, mientras a su alrededor los vecinos mueren y van copando los espacios en los camposantos. Puro cinismo y desvergüenza.
El mundo en estos momentos no responde a campañas políticas, sino a los principios mas sano que tiene el ser humano, la cooperación y la solidaridad, no hay salida, ni políticas públicas eficaces para frenar el COVID-19, que no sean la disponibilidad humana y los altos valores de sobrevivir, Ante las terribles políticas neoliberales impuestas por nuestros gobiernos durante décadas, para saciar la democracia del mercado global y sacrificar al hombre como objeto de mercancías, Así que Nada humano en esté mundo me es ajeno y mucho menos indiferente.
HOY NO HAY DERECHO QUE VALGA
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