Marruecos a la vanguardia mundial en medidas de confinamiento contra el coronavirus
El transporte interurbano de pasajeros queda prohibido, casi todos los vuelos están cancelados y es obligatorio un salvoconducto para salir del domicilio
Las aglomeraciones de coches que se han visto salir en plena cuarentena desde el País Vasco o la Comunidad Valenciana hacia una segunda residencia, a pesar de todas las recomendaciones de científicos y autoridades, serían impensables desde este domingo al otro lado del Estrecho. Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaraba el sábado por la noche que España ha aplicado “las medidas más duras del mundo” en relación al confinamiento, Marruecos anunciaba en ese momento normas mucho más expeditivas.
Desde el viernes 20 de marzo es obligatorio disponer de un justificante sellado por las autoridades para salir de domicilio. A partir de la media noche del sábado se declararon prohibidos los transportes de pasajeros, públicos y privados. Lo cual abarca, además de los autobuses, a los llamados grand taxis y vehículos particulares.
Con esa batería de normas, Marruecos se situó este sábado a la cabeza de los países que mayores medidas de confinamiento ha adoptado en su lucha contra el coronavirus. Ni siquiera China implantó algo así en todo su territorio. El Gobierno de Xi Jinping solo paralizó por completo el transporte en la provincia de Hubei, de 60 millones de habitantes, donde se encuentra la ciudad de Wuhan, de 11 millones. Fuera de Hubei se interrumpieron las rutas de autobuses interprovinciales, algunas líneas de tren y se cancelaron muchos vuelos, pero no todos, según informa Macarena Vidal Liy. El metro y los buses urbanos siguieron funcionando en las grandes ciudades, pero la recomendación era evitarlos en la medida de lo posible. Y en lo peor de la cuarentena, eso sí, iban vacíos o casi vacíos
En Marruecos, a pesar de que las cifras oficiales informaban el sábado por la noche de que había 96 contagiados y solo tres muertos a causa del coronavirus (frente a los 25.000 infectados de España y los 12.644 muertos en ese momento), a las autoridades marroquíes no les tembló el pulso para aplicar medidas radicales entre sus 34 millones de habitantes.
El viernes 13 de marzo, con 8 casos de contagio y un muerto reconocido oficialmente, Marruecos cerró las fronteras con Ceuta y Melilla y solo dejó pasos abiertos para la salida de turistas extranjeros bloqueados en el país. Las vías de regreso a Marruecos se han cerrado para los marroquíes que se encuentran fuera del país.
Decenas de los llamados empleados “transfronterizos”, trabajadores marroquíes que van y vienen a diario entre Marruecos y Ceuta y Melilla, se vieron a la intemperie en las ciudades autónomas españolas, sin poder entrar en su país. Han sido socorridos por las autoridades y organizaciones humanitarias españolas. Alrededor de 60 marroquíes transfronterizos permanecen alojados en el polideportivo ceutí La Libertad. Se dio el caso de cinco jóvenes marroquíes que regresaron a nado desde el espigón del Taraja, en Ceuta, para ingresar de forma irregular en su país, según informó el medio local Hespress.
El domingo 15 de marzo, con solo un muerto oficialmente reconocido a causa de la pandemia, Marruecos ya suspendió todos los vuelos internacionales y dejó abiertos solo los estrictamente necesarios para repatriar turistas a sus países de origen.
El lunes 16 de marzo, con 29 casos de contagio y solo un muerto, Marruecos cerró todos los centros educativos. Este sábado 21 de marzo, con 96 contagiados y tres muertos, la línea aérea nacional, Royal Air Maroc, suspendió sus vuelos domésticos. La Organización Nacional de Ferrocarriles suspendió las líneas de larga distancia y redujo al mínimo la de mayor afluencia, entre Casablanca y Kenitra. Por la frontera de Marruecos a Ceuta han desfilado durante toda la semana cientos de caravanas de turista. Pero siempre en dirección a España. Las puertas de entrada al país están cerradas.
Las medidas afectarán sin duda a una economía diez veces más pequeña que la española. El turismo aporta a Marruecos el 7% de su PIB, frente al 15% en España. No obstante, la diferencia sustancial es que el colchón de protección social con que cuentan los desempleados en la Unión Europea esta muy por encima del que sufrirán los parados en Marruecos. No obstante, el Gobierno marroquí también ha anunciado una batería de medidas económicas para ayudar a empresas y particulares afectados.
Las normas de confinamiento de Marruecos llegan mucho antes que en la mayor parte de los países afectados y con mayor dureza. Pero eso no quiere decir que las autoridades no hayan cometido errores. Así, el viernes 13 de marzo, día de gran afluencia a las mezquitas, los imanes recibieron la consigna por parte del ministerio de Asuntos Islámicos, de concienciar a los feligreses en la lucha contra la pandemia. Pero en vez de predicar con el ejemplo, las autoridades religiosas permitieron ese día las concentraciones de feligreses en las 50.000 mezquitas del país.
No obstante, el lunes 16 de marzo, con solo 29 casos de infectados reconocidos, el ministerio del Interior ya prohibió las concentraciones públicas de más de 50 personas, se clausuraron, cines, museos, cafés y restaurantes. Y se anunció el cierre de las mezquitas a partir del viernes 20 de marzo. A pesar de todo, seguían viéndose a la gente apelotonada en los autobuses. Las autoridades dieron ese mismo viernes por la tarde otra vuelta de tuerca: ya solo se permitía salir del domicilio mediante un salvoconducto por motivo laboral, sanitario o para efectuar compras urgentes en las proximidades del domicilio.
Aunque la producción no se ha detenido en el país y se permite acudir a los puestos de trabajo autorizados, las medidas han dejado las calles semi vacías. En las principales ciudades transitan vehículos militares que piden a los vecinos mediante altavoces que permanezcan en sus casas. Y este domingo el Gobierno ha pedido ha los editores de diarios y revistas que suspendan sus publicaciones en edición de papel. Hasta nueva orden.
Fuente: El Pais
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