Insuficiencias del realismo materialista
Opinión Tomás Núñez
Analizar con profundidad la sociedad es descubriríamos que bajo el «edificio de la modernidad científico-técnica» que la caracteriza subyace una determinada corriente filosófica: el realismo material. A esta filosofía se la denomina «realismo» porque supone que las realidades existen como objetos independiente del sujeto que lo percibe.
Sin embargo, sujeto y objeto no son independientes en verdad, ya no existe objeto sin sujeto y sujeto sin objeto. Existe una unidad sagrada de realidades que, como en un juego, los incluye siempre a ambos como partícipes y jamás los reduce a meros espectadores. Pero ademas este realismo es poco realista en la medida en que reduce el ámbito de la realidad, no incluyendo el fenómeno de la subjetividad, de la conciencia de vida y de la espiritualidad.
Desde tiempos inmemoriales, todos los pueblos y culturas veneraron el aspecto de la realidad enfocada en lo divino que impregna todo el universo; vivenciaron el significado sagrado de todas las cosas y cultivaron la espiritualidad como la visión interior que unía todo con su fuente divina.
Recién en los últimos cuatros siglos se desarrollo´ un tipo de humanidad «ciega» a estas dimensiones y, en consecuencia, profundamente empobrecida en su realización del mundo que redujo la realidad a los cinco sentidos organizados por la razón analítica. Así que esta filosofía se denomina «materialista» en sentido antiguo porque presupone que la materia ( átomos, partículas elementales, etc.) constituyen la única realidad consciente y que los otros fenómenos son derivaciones secundarias de ella.
En esta cosmovisión no se ha asimilado el hecho de que la materia no es simplemente «materia» sino que es energía estabilizada, compuesta por interacciones complejas. La materia, como la etimología misma de la palabra lo sugiere, es la «madre» de todas las cosas, incluso de la vida que es la auto-organización de la materia. Sin embargo, todavía no se ha creado la conciencia de que lo visible es parte de lo invisible.
Hoy las campanas doblan por el realismo materialista. La física cuántica ha demostrado la profunda interconexion del todo con el todo y el lazo indestructible entre la realidad y el observador. Esto significa que no existe una realidad independiente de la mente que piensa, sino que ambas mente pensante y realidad pensada son dimensiones de una misma realidad compleja.
El universo es consciente de si mismo pero la cosmologia moderna a demostrado que seria matemáticamente inconsciente si no existiera un espíritu sagrado y una mente infinitamente ordenadora.
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