La prohibición de la Hookah, le corta un tentáculo importante a la música Urbana.
Por Agustín de la Cruz (Sugar).
New York, (SL) -No es coincidencia que interpretes, promotores, personas ligadas al género urbano e incluso hasta fanáticos, estén utilizando las redes sociales como plataforma de protesta en contra de la nueva ley que prohíbe el uso de la “hookah”, en lugares públicos y privados de Rep. Dom.
En el negocio de la Hookah hay muchos elementos envueltos, por un lado los llamados “Jukeros”, quienes protestan al considerar que dicha prohibición los estaría dejando sin trabajo, por otro lado los distribuidores y detallistas de todo lo aquello que tenga que ver con este vicio, además los centros nocturnos, colmadones y demás lugares donde se expende hookah.
Resulta que todos los elementos antes mencionados tienen el mismo común denominador “La Música urbana”, no porque los fanáticos de otros ritmos no consuman ‘hookah’, sino porque los amantes del “Dembow”, son más barriales y en ellos es más notorio el consumo.
Aseguran los propietarios de clubes que esta ley golpea sus ingresos, por ser los fondos destinados a cubrir el pago de los artistas, urbanos en su mayoría, pero además golpea el ingreso de unos exponentes que no han podido convencer a sus seguidores de que paguen el derecho de entrada.
Protestas hay por todos lados, se habla hasta de violación a los derechos del consumidor, de porque no se prohíben otras cosas al igual de dañinas como el hooka, hasta se ataca a la prohibición con la impunidad de algunos males sociales que nos aquejan como país.
Pero nadie hace mención de que el mismo derecho que tiene uno de inhalar el humo toxico del carbón de una hookah a través de una manguera de higiene dudosa, ese mismo derecho tiene el otro para no estar de acuerdo con que se le obligue a consumirlo, cuando sale a divertirse.
Dirán que la hookah dejará a cientos de personas sin el sustento para su familia, ya me parece estar escuchando la misma excusa en voz de quienes son apresados vendiendo droga y/o atracando, suena sarcástico, pero al final sus aportes a la sociedad son negativos.
Digamos a que se deciden a implementarse algunas medidas a su favor, como la de crear zonas y/o negocios para el consumo o un horario especifico para su expendio, entre otras posibles medidas, pero en la realidad no importaría la medida, pues cualquiera de ellas entraría en contradicción con la parte salud que tanto se le cuestiona al consumo de la hookah.
Recuerden que en un país y sociedad como la nuestra, no podemos sorprendernos si el único y/o mayor beneficiado por la aplicación de esta ley, resulte ser el ‘comando’, ese patriota que para hacerse de la vista gorda ya está pensando en el dame lo mío y jálala, jálala, chúpala, chúpala.
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