Explotación infantil, crece y crece en la República Dominicana
Cuando hablamos de explotación infantil nos referimos al trabajo que realizan los niños en forma de producción económica y al mantenimiento familiar o propia que este puede proporcionar, afectando su etapa como niño. La explotación infantil es un acontecimiento que afecta a todos en especial al niño mismo, ya que esto le afecta su etapa como tal en todos los sentidos: como niño, estudiante, entre otros.
Cuando se camina o se recorre algunas calles, provincias o sectores, de la Republica Dominicana es imposible no darse cuenta de una realidad tan preocupante y que parece crecer cada día más; que es la enorme cantidad de niños que trabajan en todo tipo de negocios y quehaceres del hogar sin importar la hora, y si la labor que realizan es apta o no para su edad.
Niños de diferentes edades trabajan en talleres de mecánica, herrería, ebanistería, trabajan para colmados como delivery, en la cama de camionetas vendiendo plátano y otros productos, recolectando plásticos en las calles, en tiendas de repuesto, en los mercados, vendiendo plásticos a pie, limpiando zapatos, entre otros oficios, que son parte que dificultan el desarrollo de una vida normal como niños menores de edad.
Entidades como Unicef y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han hecho numerosas alertas sobre el daño que ocasionaría a la infancia ese tipo de actividad en el aspecto físico y espiritual, además de que es un factor que incide mucho en la deserción escolar de los menores de edad.
En el país, donde la desintegración familiar, la pobreza, el desempleo y los bajos salarios son de las variables sociales no superadas aún, la lucha contra el trabajo infantil se torna casi imposible, pues los propios padres y los mismos niños deciden lanzarse a las calles en busca de ganarse el sustento diario y muchas veces lo poco que obtienen diariamente ni siquiera les da para sobrevivir. Es el caso del niño Carlos Marmolejos que dice “yo trabajo como delivery, por que a mis papas nunca les da el dinero y yo trabajo para ayudarlos con la comida”.
Estos niños que realizan estas tareas se ven obligados a realizar oficios difíciles y peligrosos y aparte de alejarlos de sus familiares y la escuela, lo cual dificulta su desarrollo físico y emocional, también los acercan al crimen, la prostitución y el vandalismo.
Cuando los niños salen en busca de vender algún producto, a recolectar plásticos o a limpiar zapatos, se convierten en presas fáciles de abusadores sexuales y delincuentes que los utilizan para beneficios de ellos. Un ejemplo de esto son los niños de la calle, en la mayoría de las ocasiones andan pidiendo limosnas, pero son abusados por adultos, estos se apropian de todo lo que el niño haya recogido.
En ocasiones estos niños son ayudantes de los padres, trabajando como delivery en colmados de estos, en talleres y otros negocios. Estos lo hacen con la intención de alejarlos de malas influencias, como son los amigos que andan en las calles, dicen que es mejor tenerlos con ellos ya que procuraran que el niño no abuse del tiempo en el trabajo y que tome su espacio para ir a la escuela y hacer sus tareas.
Pero no obstante a esto, no podemos pasar desapercibido que el trabajo infantil tiene sus consecuencias, sin importar la condición de este. En algunos casos mayores y más peligrosos que en otros:
Consecuencias
Las consecuencias del trabajo infantil se perciben tanto a corto como a largo plazo, no sólo en la vida del infante trabajador, sino para todo el país, ya que muchos niños y niñas trabajadoras no asisten o desertan de la escuela, teniendo un bajo nivel educativo o bien asisten a la escuela y luego realizan actividades laborales, sin embargo su rendimiento suele ser más bajo que aquellos niños y niñas que no trabajan.
En este sentido cuando los niños y niñas trabajadores llegan a la adultez, debido a su bajo nivel educativo son más propensos a realizar trabajos informales, con poca remuneración y propenso al desempleo. Pero también, es más probable que los hijos e hijas de estas personas, también ejerzan una actividad laboral a corta edad.
Todo ello aunado al hecho que los niños que trabajan tienen un menor crecimiento físico y están más expuestos a adquirir y desarrollar enfermedades diversas por el ambiente en el que se desarrollan, así como por la mala nutrición que generalmente sufren.
No hay duda que el trabajo infantil es una forma de maltrato, en tanto que los derechos de la infancia son transgredidos y vulnerados, como el derecho a la educación, al descanso, al juego y al esparcimiento, a una nutrición adecuada, a la salud, al desarrollo de la personalidad, entre otros.
Cada día vemos mas niños y niñas trabajando y mendigando en las calles de Republica Dominicana, y nadie hace nada por ellos, los gobiernos llegan y se hacen de la vista gorda ante tal situación.
No existen cifras exactas de los niños y niñas que viven completa o parcialmente en las calles de la República Dominicana, sin embargo, algunas cifras nos indican el grado de desatención de la infancia, con cantidades alrededor de 150.000 niños y niñas que no asisten a la escuela.
Es importante distinguir entre niños en la calle y niños de la calle. La mayoría de los niños y niñas en las calles mantienen algunos vínculos familiares, pero pasan la mayor parte de sus vidas en las calles mendigando, vendiendo, limpiando zapatos o lavando autos para complementar los ingresos de sus familias. En ocasiones van a la escuela, combinando ésta con su trabajo en la calle, aunque es raro que alguno o alguna de ellos hayan pasado del cuarto grado en la escuela. El 25% restante vive en las calles, frecuentemente en grupos que forman con otros niños y niñas. Son conocidos como «niños y niñas de la calle». Duermen en edificios abandonados, debajo de puentes, en parques públicos, en alcantarillas, en mercados, la calle se ha convertido para ellos en su hogar. Estos niños desarrollan estrategias de supervivencia y han roto completamente sus lazos familiares. Con frecuencia recurren a la prostitución para sobrevivir.
Es un problema serio que hay que saber enfrentar, porque es muy difícil decirles a las familias pobres que sus hijos no pueden trabajar, porque eso implica un aumento de la miseria.
Posibles soluciones que erradiquen el problema de la explotación infantil
Es muy penoso ver la realidad de los pequeños de la calle, pero no debemos de quedarnos de manos cruzadas ante tal situación, es tiempo de actuar, aunque existen instituciones como CONANI, muchachas y muchachos con don Bosco, estas no son lo suficiente para la inmensidad de niños y niñas que están en las avenidas de nuestra querida Quisqueya.
La ignorancia es fuente de muchos problemas y es peor cuando esta se convierte en una cultura, no todo se puede dejar en manos del gobierno y que el resto de la población se quede de manos cruzadas.
Es imposible lograr el desarrollo de una nación, si todos no ponemos un granito de arena, es necesario para iniciar a disminuir la explotación de infantes, que se impartan cursos talleres a los padres de familia mostrándoles las desventajas a largo plazo que trae consigo que un niño deje la escuela para trabajar, impartir educación sexual a los padres para lograr disminuir la natalidad, atraer la atención de los niños con la educación, recreación, deporte y actividades culturales.
El articulo 56 de la constitución de la República Dominicana sobre la protección de las personas menores de edad, declara que la familia , la sociedad y el Estado tienen la obligación de proteger a los menores para garantizar su desarrollo armonioso e integral , este importante articulo declara del mas alto interés nacional la erradicación del trabajo infantil y todo tipo de maltrato y violencia contra las personas menores de edad, los ciudadanos Dominicanos debemos movilizarnos y hacer de esta ley una realidad.
Otra solución a este problema ha sido la asignación del 4% del Producto Interno Bruto para la educación, con el cual se ha logrado que miles de niños/as asistan a las escuelas con la nueva tendencia de la tanda extendida. Donde los niños aparte de la educación se le otorgan una alimentación segura, uniformes y libros, logrando que estos abandonen las calles.
La ley 136-03 sobre el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes prohíbe que menores de 14 años trabajen, independientemente de si lo hacen en el ámbito familiar o no. Desde los 14 a los 17 años pueden trabajar siempre que no sea en actividades peligrosas o que puedan afectar su salud o desarrollo, y siempre que el número de horas trabajadas les permita seguir manteniendo su derecho a estudiar.
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