Más allá de Romeo
Por Reyes Bourdierd
Durante esta semana se ha mantenido en mi perfil de Facebook, un intercambio de ideas, luego de que publicara una foto del bachatero de origen dominicano Romeo Santos, donde hago ciertas críticas a unos pronunciamientos suyos, por la falta de entusiasmo del público que fue a su concierto en el Hard Rock Café de Punta Cana, donde entre otras cosas, se ufanó de tener más dinero que todos los allí presentes.
Debido a los comentarios que he recibido, entre los que se cuentan, sentir envidia de Romeo y no apoyar el talento dominicano, me veo en la obligación, de escribir estas líneas, para tratar de arrojar luz sobre algunas cosas. Jamas sentiria envidia de Romeo, de hecho disfruto de sus bachatas, cuando de tomarse una fría se trata y creo que es una persona muy trabajadora, que se ha fajado para convertirse en el cantante latino del momento, viniendo desde muy abajo, no es envidia, ni falta de apoyo a los dominicanos, no tumben mis argumentos con acusaciones tan infantiles y pensemos por un momento.
Las críticas que hice en esta ocasión a este bachatero las he hecho muchísimas veces y es algo que va más allá, lo que anhelo es que este pueblo alcance algun dia Conciencia, que dejemos de endiosar gente que estan donde estan por nosotros, no solo ocurre con los artistas, también con los políticos, empresarios y todo aquel que ha conseguido dos pesos y que se cree por encima del bien y de mal. Si usted es artista, ingeniesela para despertar emociones en el público, no las exijas, al político no hay que hacerle un altar porque construyó las calles del barrio, esa es su función y el dinero con que lo hace es tanto suyo como mío, el empresario corrupto no debe soltarse, porque alegue enfermedad estando en la cárcel.
En este país lo que necesitamos es que la gente se de cuenta de su poder y de lo que vale, para que deje de elegir a Félix Bautista como senador, con el más alto porcentaje de las pasadas elecciones, más de 70 por ciento, a pesar de que es reconocido por todo mundo como corrupto, pensandolo bien si siento envidia, no de Romeo, si no de de los países donde sus ciudadanos saben lo que son, lo que valen y siempre viven buscando ir más allá.
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