El Contrato Social Dominicano.
La República Dominicana demanda un contrato social, donde se ponga en orden todo lo que durante varios siglos hemos ganados. Los ciudadanos, empresarios y gobernantes tienen la oportunidad de orientar una mejor nación.
La sociedad dominicana necesita renacer y brindarles la oportunidad, tal y como la brindó el renacimiento a Florencia y a Europa en el siglo XV de buscar en las civilizaciones antigua para restaurar los más importantes valores humanos para renovar e impulsar el desarrollo humano, así lo necesita la República Dominicana para que en lo adelante la justicia social, el espíritu solidario y colaborativo sea el pilar para alcanzar la libertad y convertirnos en un país verdaderamente democrático.
Basta de solo criticar y aspirar a que quienes nos gobiernan lo hagan mal para otros subir, se trata de aportar valores positivos, para hacer una República Dominicana admirada, quizás el laboratorio que miraría todos los demás países de la región para alcanzar el desarrollo.
En este caso se plantea en los diferentes aspectos replantear los logros para hacerlo más equitativo.
En lo político.
Un contrato social en lo Político, las fuerzas políticas deberán ponerse de acuerdo para producir un código electoral que garantice un ejercicio justo de la política y garante de las aspiraciones democráticas a la que desde más de 50 años estamos aspirando.
En lo social.
El contrato deberá hacer un común acuerdo entre los empresarios, el gobierno y los ciudadanos garantizar el orden ecológico, social, político y económico que demanda la sociedad, si no se hace vamos caminando hacia el vacío sin objetivos de desarrollo firme.
Las soluciones a los grandes y graves problemas no descansan en las oficinas gubernamentales o en las leyes, están en la puesta en marcha de la voluntad de la gran mayoría que significan los ciudadanos que siempre han estado aislado.
En lo económico.
Se necesita mayor inclusión de las personas en la economía, se debe hacer una economía para la mayoría, para que la repartición de los recursos obedezca y el crecimiento económico represente la justicia social y de equidad que demanda el sistema democrático.
En lo cultural.
La cultura se ha globalizado y mayor integración del país a esa globalización cultural más débiles serán los rasgos de la dominicanidad, en este caso se necesita reorientar el acervo cultural dominicano para sea parte del aparato productivo y nuestro legado se mantenga para las futuras generaciones.
En todo el ámbito de la vida nacional se necesita replantear el quehacer y crear un orden en la cultura dominicana, un contrato social, que permita proyectar un desarrollo inclusivo y sostenible. Basta de tanta desigualdad es necesario que el crecimiento sea para todos.
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