CARAVANAS POLÍTICAS Y CARNAVAL: NO SOMOS ANIMALES IRRACIONALES ¡NO SEÑOR!
Por Ruth Pascual
A raíz de varias visitas al centro de la ciudad de Santiago y zonas aledañas luego finalizada la fiesta de la carne, me he puesto a reflexionar. La verdad, no es un fenómeno nuevo, siempre ha sido así, pero últimamente los problemas ambientales me generan pánico, un terrible y ensordecedor miedo hacia el futuro. Ver los desechos y desperdicios de basura en todos los espacios públicos en donde concurren personas ya sea para el carnaval, un concierto, una caravana u otra actividad de carácter masivo, es un verdadero objeto de estudio para replantearnos, qué somos, dónde estamos, y hacia donde nos dirigimos.
Estos grandes eventos que se celebran en todo el país sirven para afianzar nuestra identidad cultural, el sano esparcimiento, consolidar muchas marcas de empresas, y para vender la marca país y marca partido, entre otras. Se destina un buen presupuesto en logística para garantizar su éxito y medimos dicho éxito en el poder de convocatoria, en las ventas de los productos patrocinadores y en la cobertura de los medios de comunicación. Pero no crean un plan para concienciar a las personas sobre el medio ambiente. Es necesario y urgente un llamado continuo desde las diferentes tarimas a mantener el ornamento de los espacios donde estas actividades se escenifican, además de activar un plan de contingencia, de responsabilidad, preocupación, observación y monitoreo constantes a las personas que ven en cada espacio un contenedor de depósitos de basura.
Sabemos que el sistema y los hogares tienen fallas arquitectónicas graves en cuanto a la formación en educación ecológica y ni hablar de la sensibilidad ante los problemas al ecosistema y que de esto derivan, claro, como una consecuencia inminente de esa carencia formativa.
No somos animales irracionales ¡No señor! No podemos seguir comportándonos como cavernícolas. Nuestras actitudes nos colocan lejos de una sociedad que se dice y sobre todo se cree civilizada. Es responsabilidad de los organizadores de estos eventos multitudinario gestionar y lanzar una agresiva campaña de sensibilidad ecológica por el bien y el beneficio de todos. República Dominicana no es un depósito de basura; aboguemos, aunamos esfuerzos desde todos los espacios posibles por una ciudad organizada y seres humanos racionales. Resolver el problema no es una solución, vamos a prevenirlo!
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