La NASA acelera la busqueda de nuevos mundos habitables
Por el riesgo de que la sobreexplotación consuma todos los recursos naturales o de que impacte en la Tierra un gran objeto, la agencia espacial aceleró la puesta en marcha de dos misiones.
Nuestro sistema solar contiene millones de asteroides orbitando alrededor de Marte y Júpiter. El riesgo de que un meteorito se filtre en la atmósfera y logre impactar contra la superficie terrestre es una posibilidad que inquieta cada vez más a los astrofísicos. Esta eventualidad, sumada a la sobrepoblación mundial y al calentamiento global y el cambio climático, aceleró la puesta en marcha de dos misiones que serán lanzadas por la NASA en los próximos cuatro años, más una tercera aún sin fecha, para detectar exoplanetas (planetas que orbitan otras estrellas) similares a la Tierra que puedan ser colonizados.
La voz de alarma la dio John Grunsfeld, ex astronauta y actual director científico de la agencia espacial estadounidense, que señaló que resulta casi inevitable la colisión con un meteorito. “Si queremos asegurar la futura supervivencia de la humanidad, antes o después tendremos que dejar la Tierra. Es prácticamente seguro que en algún momento nuestro planeta sufrirá el impacto de un asteroide devastador”, dijo.
Primero la NASA y ahora la ONU: el colapso de la civilización está cerca
La gran apuesta de la raza humana es Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), que será lanzado por la NASA en 2017 para suceder al telescopio Kepler. La nave se convertirá en la primera en rastrear exoplanetas y mundos en tránsito. Se espera que localice unos 3 mil nuevos planetas.
Apuntará sus cuatro telescopios de gran precisión a los elementos pequeños y rocosos alrededor de las dos millones de estrellas cercanas del Sistema Solar.
La única condición impuesta es que sean habitables.
Con la intención de recorrer el vecindario galáctico, en 2018 la NASA pondrá a circular el Telescopio Espacial James Webb, considerado el instrumento de mayor precisión jamás enviado al Espacio. Con sus potentes ojos, será capaz de atravesar las densas capas de polvo que cubren las regiones de formación de nuevas estrellas, observará galaxias próximas a los comienzos del Universo, estudiará la formación de nuevos planetas y buscará vida en otros mundos.
A la amenaza de las rocas espaciales se suma que el ecosistema planetario siente el peso de 7.200 millones de humanos, cifra que podrían duplicarse en una década. Según estimaciones de la Red Global de la Huella Ecológica (GFN) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), para 2025 se necesitaría dos planetas similares al nuestro para abastecer las crecientes necesidades humanas.
“Es casi una certeza que el clima cambiará hasta el punto de convertir la Tierra en un lugar inhabitable, ya sea por causas naturales o provocadas por nosotros mismos. Por lo tanto, creo que no sólo tendremos que viajar a Marte, el siguiente planeta más lógico en el que podríamos establecernos, sino mucho más lejos, a otros sistemas planetarios” apuntó Grunsfeld.
Fuente: diarioecologia.com
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