Informe de Luisa Rebeca Sobre su Cancelación del Centro de la Cultura.
He sido cancelada de la Dirección del Centro de la Cultura mediante carta remitida por Jochy Sánchez, la carta fue recibida hoy lunes 7 de julio, aunque fechada del 4 de julio, a cuya efectividad dice que es la decisión.
Como explico, más adelante, en este breve informe de mi gestión, las diferencias con el Director Provincial, surgió a raíz de mis requerimientos de información acerca del manejo de los recursos que mensualmente genera el Centro de la Cultura y que la contable personal de Jochy Sánchez recoge, obviando los controles administrativos y de auditoria del Centro de la Cultura. Teniendo que a la fecha, nunca recibí un informe contable de depósitos bancarios y uso de este dinero. Es la primera vez en la historia del Centro de la Cultura, que es un organismo de dirección autónoma, el control económico total está en manos de otra dependencia. Como mi honradez está por encima de cualquier empleo responsablemente pedí la aclaración de esta situación, lo cual no fue del agrado de Jochy Sánchez.
A CONTINUACIÓN MIS LOGROS Y LAS CONDICIONES EN QUE EL TRABAJO SE ESTABA REALIZANDO. GRACIAS POR EL APOYO QUE HE RECIBIDO DE LOS MEDIOS.
INFORME CULTURA
Desde el pasado mes de julio del 2013, el señor Jochy Sánchez ha estado llamándome para que ingresara al Centro de la Cultura en calidad de Relacionista Pública, posición que acepté. Posteriormente, no pararon los mensajes para que aceptara la dirección, ya que había problemas con la administración que se estaba llevando en el Centro con varias informaciones sobre desfalco y malas prácticas de corte administrativo.
Siempre le dije que no, ya que trabajaba para el Senador Valentín, lo cual era innegociable. Desde ahí comenzó el asedio. Me envió mensajeros para que aceptara el puesto, él mismo todo el tiempo estuvo insistiendo, de hecho, me llamaba «directora». Esos meses fueron muy difíciles, era un acoso, me dijo que hablaría con Valentín para solicitarle mi traslado, porque vio que era asunto de lealtad mi negativa, le dije que no hablara con Valentín, pero lo hizo hasta que lo convenció de que me cediera a Cultura.
Las condiciones para entrar incluían beneficios, estabilidad, posición segura con un salario sobre los 65 mil pesos, pero que mientras saliera el nombramiento me iban a cubrir 45 mil, la posibilidad de hacer lo que yo considerara en el Centro de la Cultura. Vio en mí el deseo de desarrollar proyectos. Sin embargo, desde que comencé a desarrollar mi programa de actividades comenzaron las trabas. El me dice que no tiene que apoyarme a mí, que soy yo quien tiene que apoyarlo a él.
La encargada de Recursos Humanos me ha desautorizado en varias ocasiones, diciendo que no me obedezcan porque yo no estoy nombrada, cosa que niega delante del señor Sánchez. Le envié a Sánchez cinco empleados escogidos al azar y aunque le dijeron, él entiende que eso no es verdad. Desde ese entonces, la señora de Recursos Humanos no dirigió la palabra a parte del personal, lo cual justificó Sánchez como válido.
No se podía gastar más de 8 mil pesos, retiraron en febrero la caja chica, todo el dinero lo maneja su contable personal, la que él trajo para que le rindiera informes solo a él. Yo nunca he recibido un informe económico del centro y el mismo Sánchez me preguntó que para qué yo necesitaba eso, que si yo quería que pidiera una copia, le dije que no tenía que pedir copia porque a mí me correspondía la información y le dijo a su contable que lo hiciera, cosa que nunca envió.
Para el aniversario del Centro, en marzo, le pedí ayuda económica y me dijo «usa tú tus fondos, que allá hay dinero», después ha dicho que gasté mucho. Nosotros hicimos 3 actividades importantes, dos con costos mínimos. El dice que yo gasté más de 200 mil pesos y en verdad, la noche de aniversario que se contrató una compañía se gastaron 80 mil pesos.
Igualmente, dice que yo he gastado más de 60 mil pesos en computadoras, cuando sólo se gastaron 35 mil pesos.
Me ofrecieron un pago de 65 mil pesos y me pagan 45 mil, desde enero ocupo la posición, pero mis documentos, a seis meses nunca fueron procesados, están secuestrados por el señor Sánchez.
Posteriormente, para el premio de los periodistas en abril, le pidió a su contable, no a mí, 75 mil pesos en efectivo para ese premio, sin carta ni nada, lo cual reclamé, me dijo que eso estaba autorizado por el Ministro, pero le dije que aún así, debía enviarme una carta, la cual finalmente envió el 20 de mayo, pero con fecha de abril. El monto iba, según la carta, a título de préstamo, pero después verbalmente, dijo que ese dinero no lo iban a enviar y que «eso era una práctica normal en el Ministerio y que eso lo hacían todos los ministerios.» La carta, que estaba dirigida al viceministro Tommy García, no es de conocimiento de García.
Cuando la secretaria se enfermó y duró 2 semanas de licencia, lo cual el dijo que «dudaba, porque no fue que le dieron 2 semanas, sino que ella las pidió, que todos tenemos algún amigo médico», le notifiqué que contrataría por una semana una secretaria, porque yo no podía realizar todo el trabajo, para lo cual él me dijo que había que «transparentar» que yo tenía que solicitarlo a Santo Domingo, trámite este que, de haberme llevado de él tomaría más de una semana.
De reclutamiento me llamaron para que enviara mis documentos para proceder a mi nombramiento, Lo hice y como es natural, al término de la gestión llamé nuevamente para informar que ya había depositado los documentos, como es debido. Esa acción fue suficiente para Sánchez llamarme para abrirme la boca, en franca actitud de irrespeto y mal tono, reclamándome que «qué es lo que yo hago llamando a la capital, porque yo no tengo que hacerlo, que me ocupara de dirigir».
Desde que llegamos, fui notificada del supuesto desorden administrativo que había en el Centro, con cobros, sin depósitos notificados y otras malas prácticas. En febrero hicimos una carta solicitando la intervención del Ministerio, pero nunca recibimos respuesta. Esperé que la contable Anastacia Batista entregara un informe económico que aún a seis meses no ha llegado. Cuando le informé durante una reunión en mayo al señor Sánchez de la necesidad de que se me entregara un informe económico, lo que respondió fue que para qué yo necesitaba eso. Ante mi extrañeza, me dijo «solicitalo», lo cual hice a la contable en su presencia, sin obtener ninguna información al respecto.
La señora Anastacia insultó delante de todos, en un desagradable gesto fuera de tono y fuera de control a Luisa Díaz, encargada de las actividades de la Sala, hecho que el Sr. Sánchez justificó diciendo que esa fue una reacción debido a que Díaz la había desesperado, restando importancia a un hecho de maltrato al personal, contemplado en el Código Laboral y la Ley de Función Pública, artículo 79.
En la actualidad, el sistema que se está implementando es que la Sra. Anastacia viene recoge el dinero y no tenemos información precisa sobre ingresos, ni depósitos, en vista de que no está en la oficina y no se ha cumplido con mi interés de que se instale una caja central, Para eso dispuse del área adecuada para esos fines, la cual ella no ha ocupado, ni tampoco ha diligenciado un cajero, lo cual se aprobó en una reunión donde también estuvo la Enc. de Recursos Humanos y el Sr. Sánchez.
Los productores que pagan reciben un recibo escrito a mano, porque el control general lo tiene la Sra. Anastacia, quien en la mayoría de las veces no está presente al momento de producirse los pagos. Esto ha producido disgustos entre productores, ya que no tenemos a tiempo los recibos debidamente realizados con aval institucional.
Contratamos a un ingeniero de sistemas para que creara un sistema computarizado para las operaciones del Centro de la Cultura, ya que el sistema utilizado es manual, lo cual facilita malas prácticas. Esta decisión ha encontrado obstáculos por parte del Sr. Sánchez, quien verbalmente había dicho que estaba de acuerdo, pero que después desautorizó y detuvo.
El Sr. Sánchez acostumbra, por todo, a ofrecer cancelaciones y a amenazar a los empleados del Centro de la Cultura que no cumplen con su voluntad personal. Es el caso de Luisa Díaz y el mío propio.
Vivo en una zozobra, ha dicho que no debo tener las puertas abiertas con el personal, que los empleados deben pedir cita para reunirse conmigo, una acción que me parece muy arcaica, que nada tiene que ver con el concepto de colaboradores de la administración moderna. Pero al mismo tiempo me llama «inflada», muy lejos de la realidad. No se cansa de reiterarme todo lo malo que hago.
El chofer de la Sra. Anastacia entra a la sala principal a hacer uso del piano, tenemos por reglas que a la sala no se puede entrar a realizar actividades sin previa autorización, lo que nos permite controlar el área. Pues el chofer de la señora entra y usa el piano, porque «el tiene permiso de Sánchez», sin ningún documento, según dice en tono arrogante al personal de seguridad y técnico.
Hasta el momento, no hay servicio de flota, tengo que utilizar mi celular personal para hacer llamadas. A mí se me habló de beneficios del puesto y que, mientras se agenciaba una flota se me cubriría por caja chica la diferencia de pago por el uso de celular, cosa que desde hace seis meses no se ha hecho nunca.
Dentro de nuestros proyectos están una tienda, que no se ha hecho porque no se ha dispuesto de los fondos para surtirla y de una cafetería, que tampoco se ha hecho por la misma razón, ya que necesitamos cerrar el área para poder adecuarla para esos fines, a fin de que los estudiantes no salgan del recinto para merendar, para mayor seguridad.
Con motivo del Día de las Madres, el Trabajador y las Secretarias, tuve la intención de realizar algún agasajo a los empleados o por lo menos, ofrecer algún bono de regalo de 500 pesos de alguna tienda, a lo cual el Sr. Sánchez se negó. Sin embargo, a su personal lo invitó a participar en un compartir en el Restaurante Puerta del Sol y esa actividad se ha vuelto ya una costumbre de cada viernes, llamada » un compartir».
En el depósito descansaban obras pertenecientes al Centro de la Cultura que estaban sufriendo daños por la humedad. Las coloqué en el área del lobby, el cual ha sido remozado. El señor Sánchez ha opinado que están colocadas muy apretujadas y dijo que deben ser organizadas por su esposa, quien tiene un negocio de enmarcado de obras.
Hace unas dos semanas el personal técnico y de limpieza estaba desesperado porque la señora Anastacia no le pagaba sus dietas, de manera que recurrí a un pago de productor para, debidamente justificado y firmado por cada uno, se le pagaran las dietas. Esta acción fue catalogada como muy grave por el señor Sánchez.
Se me deben casi 50 mil pesos por concepto de préstamos al Centro de la Cultura para cubrir necesidades donde no había dinero para su ejecución.
En Semana Santa, en vista de que el departamento académico y la sala no tenían actividad, ordené que a partir del martes no vinieran los empleados, lo cual fue suficiente para condenarme por esa «mala acción», cuando lo que procuré era ahorrar, ya que no había necesidad de mantener una planta eléctrica encendida en un edificio de seis niveles si no había actividad.
Al parecer, el señor Sánchez, que dicho sea de paso nunca ha asistido, excepto para posar en la entrega de una placa al Sr. Julio De Windt, a ninguna actividad del Centro desde que estamos aquí, ni siquiera al aniversario 35, solo ve las malas acciones, nunca ha valorado el resurgir de la institución, ni nuestro empeño y entrega. A parte de eso, no le basta con dirigir su Palacio Consistorial, sino que también quiere dirigir el Centro de la Cultura y opinar en lo más mínimo.
En febrero envié una carta al Ministro solicitando intervención dada las anomalías administrativas existenttes. El 30 de julio yo envié una carta al director financiero y al director administrativo del Ministerio notificando que no tenía ningún tipo de control, ni responsabilidad referente a ingresos, uso de fondos, ni movimientos económicos. Ingresé el 9 de enero como directora general y el 19 de marzo comencé a firmar los cheques de la cuenta bancaria.
El pasado viernes 28 de junio recibimos una carta donde el dice que absolutamente, las compras del Centro deben ser autorizadas por el y el lunes siguiente, el 30 de junio, envió otra que decía que las compras estaban suspendidas hasta nuevo aviso.
Bajo ese sistema de inestabilidad, zozobra, autoritarismo hemos desarrollado 6 meses de gestión que culminaron con una carta de cancelación firmada por Sánchez. Otros empleados han sido también retirados.
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