ú Desafiante Putin sermonea a Occidente
MOSCU — El lugar que Vladimir Putin escogió y el emotivo sermón que dirigió al mundo sobre las acciones de Rusia en Ucrania de alguna manera lo dijeron todo.
En una conversación de una hora con un puñado de reporteros acreditados ante el Kremlin en su residencia oficial, Putin se sentó un una butaca y habló con la bravuconería de un exagente de la KGB receloso de estratagemas de Occidente.
Levantando el dedo a los reporteros, el desafiante líder restó importancia a la amenaza de sanciones económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, alegó que «neonazis desenfrenados» dominan la capital ucraniana y dijo que soldados ucranianos y rusos que escenifican un tenso enfrentamiento en Crimea son en realidad «compañeros de armas».
Putin es famoso desde hace mucho por su comportamiento frío en presentaciones públicas que con frecuencia son planeadas hasta el último detalle.
Pero durante la conferencia de prensa del martes, que fue televisada a toda Rusia, dejó claro que se toma personalmente la crisis en Ucrania.
Aceptó preguntas de los reporteros sobre la amenaza de guerra en Ucrania, la toma militar de la península de Crimea por las fuerzas rusas y la perspectiva de sanciones por parte de Occidente.
Pero rebatió todos los puntos con su usual mezcla de sarcasmos y argumentos políticos. Cuando el teléfono celular de alguien sonó en medio de la trasmisión en vivo, algo que se ha dicho que le molesta mucho, Putin hizo una pausa y siguió hablando.
Su presentación pareció reflejar una furia genuina sobre lo que considera la hipocresía de Occidente y su participación torpe en los asuntos de Ucrania.
Sus palabras también mostraron lo que muchos observadores han detectado: su profunda participación y opiniones personales sobre la crisis en Ucrania, de la que culpa a Occidente.
También parece ver en Ucrania un momento definitorio de sus 14 años en el poder y un punto de inflexión clave en Europa después de la Guerra Fría.
Putin reconoció que los ucranianos que se rebelaron contra el presidente Víktor Yanukovich estaban impulsados por la furia contra la corrupción y el nepotismo en su gobierno. Pero el mandatario ruso dijo que el nuevo gobierno ucraniano sencillamente «reemplaza a algunos ladrones por otros».
Dijo que el derrocamiento de Yanukovich fue «un golpe inconstitucional y la toma del poder por las armas». Putin alegó que los nacionalistas radicales que usaban bandas con símbolos parecidos a una esvástica llegaron a controlar Kiev, y alegó que los francotiradores que mataron a numerosas personas durante las protestas eran provocadores, no soldados del gobierno.
«Milicianos armados y enmascarados merodean por Kiev», dijo. Al preguntársele si reconocería el resultado de las elecciones programadas para mayo en Ucrania, dijo: «No lo haremos si ese terrorismo continúa».
E insistió en que Yanukovich, quien huyó a Rusia, es todavía el único líder legítimo de Ucrania. Pero también habló de Yanukovich con desdén y dijo que no cumplió sus deberes presidenciales.
Putin acusó a Occidente de organizar las masivas protestas en la capital ucraniana para reducir la influencia de Rusia y alegó que los manifestantes radicales que se enfrentaron a la policía en Kiev fueron capacitados por instructores occidentales.
«Tengo la sensación de que están sentados en un laboratorio en Estados Unidos, donde realizan sus experimentos con ratas sin comprender las consecuencias de lo que hacen», dijo.
Putin dijo: «Nos reservamos el derecho de usar todos los medios que tenemos» para proteger a todas las personas de origen ruso en el oriente de Crimea de la violencia de los nacionalistas ucranianos. Pero agregó que espera que no haya necesidad de enviar soldados rusos.
«No queremos esclavizar a nadie ni dictar nada, pero no nos quedaremos a mirar como los cazan, los destruyen y los acosan», aseveró.
Putin dejó en claro que Rusia no considera a Ucrania un adversario militar serio y dijo que los soldados ucranianos y rusos son «hermanos en armas» que se colocarán «en un lado de las barricadas».
El líder ruso rechazó las acusaciones occidentales de que Rusia había agredido a Ucrania, diciendo que Estados Unidos debe recordar lo que ha hecho.
«Tenemos que recordarles sus acciones en Irak, Afganistán y Libia, donde actuaron sin ninguna autorización del Consejo de Seguridad Nacional de la ONU o interpretaron a voluntad sus resoluciones en el caso de Libia», dijo. «Nuestros aliados, particularmente en Estados Unidos, siempre formulan claramente sus intereses geopolíticos y estatales y los implementan resueltamente. Tratan de controlar al resto del mundo y la toman contra los que se oponen, y como regla los acaban».
Putin no mencionó que la Unión Soviética invadió Afganistán en diciembre de 1979, lanzó una guerra que duró casi un decenio y que precipitó el colapso de la Unión Soviética.
MOSCU — El lugar que Vladimir Putin escogió y el emotivo sermón que dirigió al mundo sobre las acciones de Rusia en Ucrania de alguna manera lo dijeron todo.
En una conversación de una hora con un puñado de reporteros acreditados ante el Kremlin en su residencia oficial, Putin se sentó un una butaca y habló con la bravuconería de un exagente de la KGB receloso de estratagemas de Occidente.
Levantando el dedo a los reporteros, el desafiante líder restó importancia a la amenaza de sanciones económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, alegó que «neonazis desenfrenados» dominan la capital ucraniana y dijo que soldados ucranianos y rusos que escenifican un tenso enfrentamiento en Crimea son en realidad «compañeros de armas».
Putin es famoso desde hace mucho por su comportamiento frío en presentaciones públicas que con frecuencia son planeadas hasta el último detalle.
Pero durante la conferencia de prensa del martes, que fue televisada a toda Rusia, dejó claro que se toma personalmente la crisis en Ucrania.
Aceptó preguntas de los reporteros sobre la amenaza de guerra en Ucrania, la toma militar de la península de Crimea por las fuerzas rusas y la perspectiva de sanciones por parte de Occidente.
Pero rebatió todos los puntos con su usual mezcla de sarcasmos y argumentos políticos. Cuando el teléfono celular de alguien sonó en medio de la trasmisión en vivo, algo que se ha dicho que le molesta mucho, Putin hizo una pausa y siguió hablando.
Su presentación pareció reflejar una furia genuina sobre lo que considera la hipocresía de Occidente y su participación torpe en los asuntos de Ucrania.
Sus palabras también mostraron lo que muchos observadores han detectado: su profunda participación y opiniones personales sobre la crisis en Ucrania, de la que culpa a Occidente.
También parece ver en Ucrania un momento definitorio de sus 14 años en el poder y un punto de inflexión clave en Europa después de la Guerra Fría.
Putin reconoció que los ucranianos que se rebelaron contra el presidente Víktor Yanukovich estaban impulsados por la furia contra la corrupción y el nepotismo en su gobierno. Pero el mandatario ruso dijo que el nuevo gobierno ucraniano sencillamente «reemplaza a algunos ladrones por otros».
Dijo que el derrocamiento de Yanukovich fue «un golpe inconstitucional y la toma del poder por las armas». Putin alegó que los nacionalistas radicales que usaban bandas con símbolos parecidos a una esvástica llegaron a controlar Kiev, y alegó que los francotiradores que mataron a numerosas personas durante las protestas eran provocadores, no soldados del gobierno.
«Milicianos armados y enmascarados merodean por Kiev», dijo. Al preguntársele si reconocería el resultado de las elecciones programadas para mayo en Ucrania, dijo: «No lo haremos si ese terrorismo continúa».
E insistió en que Yanukovich, quien huyó a Rusia, es todavía el único líder legítimo de Ucrania. Pero también habló de Yanukovich con desdén y dijo que no cumplió sus deberes presidenciales.
Putin acusó a Occidente de organizar las masivas protestas en la capital ucraniana para reducir la influencia de Rusia y alegó que los manifestantes radicales que se enfrentaron a la policía en Kiev fueron capacitados por instructores occidentales.
«Tengo la sensación de que están sentados en un laboratorio en Estados Unidos, donde realizan sus experimentos con ratas sin comprender las consecuencias de lo que hacen», dijo.
Putin dijo: «Nos reservamos el derecho de usar todos los medios que tenemos» para proteger a todas las personas de origen ruso en el oriente de Crimea de la violencia de los nacionalistas ucranianos. Pero agregó que espera que no haya necesidad de enviar soldados rusos.
«No queremos esclavizar a nadie ni dictar nada, pero no nos quedaremos a mirar como los cazan, los destruyen y los acosan», aseveró.
Putin dejó en claro que Rusia no considera a Ucrania un adversario militar serio y dijo que los soldados ucranianos y rusos son «hermanos en armas» que se colocarán «en un lado de las barricadas».
El líder ruso rechazó las acusaciones occidentales de que Rusia había agredido a Ucrania, diciendo que Estados Unidos debe recordar lo que ha hecho.
«Tenemos que recordarles sus acciones en Irak, Afganistán y Libia, donde actuaron sin ninguna autorización del Consejo de Seguridad Nacional de la ONU o interpretaron a voluntad sus resoluciones en el caso de Libia», dijo. «Nuestros aliados, particularmente en Estados Unidos, siempre formulan claramente sus intereses geopolíticos y estatales y los implementan resueltamente. Tratan de controlar al resto del mundo y la toman contra los que se oponen, y como regla los acaban».
Putin no mencionó que la Unión Soviética invadió Afganistán en diciembre de 1979, lanzó una guerra que duró casi un decenio y que precipitó el colapso de la Unión Soviética.
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