“Es muy barato contaminar”
Para él, modificar la normativa, lograr una mayor implicación de la Administración y trabajar más en el ámbito de la concienciación social, constituirían los ingredientes básicos de un cambio de tendencia.
“He venido cooperando con Adena en la limpieza de muelles y en las distintas jornadas en las que he participado aparecían residuos de todo tipo”.
Goyo López García, instructor de buceo, aboga por endurecer la legislación vinculada a la protección de nuestros mares, toda vez que la considera excesivamente permisiva y poco eficaz para inhibir determinadas prácticas que atentan contra la integridad del medio marino.
Para él, modificar la normativa, lograr una mayor implicación de la Administración y trabajar más en el ámbito de la concienciación social, constituirían los ingredientes básicos de un cambio de tendencia.
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– Sumergirse en el mar constituye toda una experiencia de la que no todo el mundo puede disfrutar…
Todo el mundo, en mayor o menor medida, puede disfrutar del mar y, más concretamente del buceo. Yo incluso he impartido cursos a personas que padecían alguna discapacidad física. No hay que tener unas especiales cualidades para sumarse a esta práctica deportiva, estando únicamente limitada por alguna enfermedad, tanto física como psicológica. No debemos olvidar que la gente que sufre claustrofobia suele ser más reacia a las inmersiones.
– Qué le incitó a hacerse profesor de buceo y desde cuándo ejerce la profesión.
Siempre quise bucear. Lo llevo haciendo desde muy joven. Pero fue aproximadamente hace 12 años, momento en el que conocí a un instructor de instructores, cuando definitivamente me “enganché”, dirigiendo parte de mi vida profesional por esta vía.
El mar se ha convertido en el gran vertedero de la humanidad. La alfombra bajo la que esconder, en muchos casos con total impunidad, tanto los residuos domésticos como los propios de las actividades marinas. Cómo definiría la situación a día de hoy.
Mala, crítica, espeluznante… Lo que vemos flotando en el agua sólo es un pequeño aperitivo de lo que nos podemos encontrar dentro de la misma: multitud de desechos de diferentes características y grado de toxicidad.
Suponemos que en sus múltiples expediciones se habrá encontrado entonces con desechos de todo tipo …
Así es. He venido cooperando con Adena en la limpieza de muelles y en las distintas jornadas en las que he participado aparecían residuos de todo tipo. Desde alfombras, botellas y latas, hasta pedaletas y lavadoras. No me lo puedo explicar. Éramos 20 buceadores distribuidos en cinco grupos de cuatro personas y el balance de lo que recogíamos en el mar podía rondar los 300 kilos por día.
Al margen de este tipo de convocatorias, siempre que buceo y encuentro basura (habitualmente botellas, plásticos, sedales de pescadores, trozos de redes), me llevo a tierra todo lo que puedo para depositarlo en los contenedores adecuados. El problema es que en alta mar no hay infraestructura adecuada para recuperar los residuos.
En muchos casos se dice que son los propios barcos los que arrojan al agua, y además sin piedad, todo tipo de desperdicios. ¿Cree que la legislación existente en la materia es suficiente para poner freno a este tipo de prácticas o es preciso endurecerla?
La legislación vigente es “hiper-permisiva”. Y como ejemplo podríamos poner el Prestige. Es muy barato contaminar y por ello hay que endurecer la normativa de verdad porque realmente no se está protegiendo el medio ambiente, una tarea a la que todos, sin excepción, debemos contribuir. La gente no se da cuenta de que nuestro entorno es lo que, en realidad, nos permite estar vivos, y es por ello que debemos preservarlo.
¿En su opinión, cuál es el estado de salud de los fondos marinos en España. ¿Y más allá de nuestras fronteras?
Con independencia de la basura que nos encontremos en el mar, hay que decir que la salud de los fondos marinos de nuestro país no es mala. El calentamiento global, al menos de momento, no es tan extremo como en otros puntos del planeta. Es el caso, por ejemplo, de Asia, donde, debido a este fenómeno, los corales son más susceptibles a los cambios de temperatura. El calentamiento global hace que éstos blanqueen y se mueran.
Por otra parte, en las islas Canarias existe el problema de los blanquizales producido por el erizo diadema; una especie foránea que, por la falta de depredadores debido a su indiscriminada pesca, se ha convertido en una plaga que literalmente devora el fondo marino y los convierte en un paraje desértico.
En Tailandia los fondos marinos son muy ricos y las autoridades prestan mucha atención a la protección de determinados elementos que los conforman. Tanto es así, que llevarse un coral está catalogado como delito …
Fuente: ecoticias.com
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